La familia y el geronte.
(1976)
Entrevista al senil normal
(1977)
Horacio Ejilevich Grimaldi
Prólogo
Los presentes
trabajos tienen una vertebración particularmente original, fueron los dos
primeros que realicé en el primer trabajo rentado que obtuve, el cual fue en dos
residencias geriátricas que hoy por hoy ya no existen. Por otra parte
constituyeron fichas de estudio de la Facultad de Psicología de la UBA poco
antes de la intervención militar, y sufrieron el particular privilegio de ser
arrojadas en el patio de la Facultad en la Avenida Independencia en un día
aciago en el cual desaparecieron muchísimos libros de la entonces biblioteca de
la Facultad.
Precisamente esta publicación se debe a la circunstancia de haber podido encontrar hace muy poco tiempo, un ejemplar, salvado del naufragio, de la ficha que titulé “La familia y el geronte” que anexé al existente llamado: “Entrevista al senil normal”.
Considero que el tema tiene relevancia, en especial por el área que tocan: la Geriatría, en la cual solamente se destacan aún hoy día, a título nacional, los trabajos del Dr. Leopoldo Salvarezza.
Mis conocimientos en ese entonces de la obra de C.G. Jung y sus sucesores, eran reducidos a pesar de haberlo citado en la biografía y hoy por hoy, debería hablar del arquetipo del anciano sabio, su parcialidad numinosa, el Senex y también, porque no, del arquetipo post junguiano, creado por Carol Pearson del Bufón.
No
obstante ello, preferí dejar el trabajo en su forma original, dado que, a mi
modo de ver, contiene una investigación de campo original y aún a la fecha de
actualidad.
Pero ustedes serán los encargados de juzgarlo.
Horacio Ejilevich Grimaldi
INTRODUCCIÓN
(2016)
Con origen en el término latino normalis, el concepto de normal se refiere a aquello que se encuentra en un estado al que se lo considera como natural. El término también se refiere a lo que actúa como regla, canon o modelo, y a lo que se ajusta, debido a su naturaleza, a preceptos establecidos con antelación.
Según Freud, una persona normal es una persona con una sana conducta que no reniega de su realidad sino que sabe enfrentarla y transformarla con las herramientas que posee. Aquellos que no poseen estas características son individuos con algún trastorno emocional, como es el caso de la neurosis. O sea toda la población mundial
Cabe destacar que la anormalidad es otra característica que se define en forma subjetiva y que se asigna a aquellas personas o cosas que tienen condiciones extrañas o que no resultan funcionales. Para un adolescente, puede resultar normal teñirse el cabello de violeta y lucir un piercing en la nariz. Es probable, por otro lado, que sus mayores no estén de acuerdo con su decisión. Una tercera persona puede agregar que la conducta del adolescente es normal, pero sólo para alguien de su edad.
Por otra parte, una escuela normal es aquella entidad educativa que se encarga de formar a los docentes. Su finalidad es fijar las normas de la enseñanza (de allí proviene su denominación).
Por último considero que lo denominado normal en una sociedad responde en todos los casos, sin excepción a paradigmas creados en función de la ideología dominante de esa sociedad.
La palabra normal viene del latín norma, y se refería a una escuadra, esas reglas que usan los carpinteros para verificar que las piezas de maderas estén cuadradas, o sea, en ángulo recto. Cuando las piezas están cuadradas, se dice que están normales. Cuando no, son o están a-normales (con el prefijo de negación griego a-). Cuando se pasan de la regla están enormes" (con el prefijo latino e; ex) y por último Cuando están por debajo de la regla (prefijo sub-) están o son subnormales.
El nombre Norma viene de una ópera del compositor italiano Vicenzo Bellini (1801-1835). Dicen que fue inventada por el escritor del libreto, Felice Romani (1788-1865), partiendo del nombre masculino Norman que literalmente significa “hombre del norte" o normando.
La palabra latina norma, a su vez, podría venir del griego Gnosis conocimiento, llegar a conocer, reconocimiento. (Gnosis/ Diagnosis)
Tomado del Diccionario Griego - Español Volumen IV. Instituto de Filología. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid 2006.
El proceso de senescencia o envejecimiento es un fenómeno biológico general, al decir de H. Ey, que se manifiesta en todo los niveles de integración del organismo: a escala molecular; a nivel de la célula y de los tejidos, al de los órganos y sus funciones, en todo el organismo; a nivel de la personalidad.
La senescencia o envejecimiento, es pues, una edad de la vida, la cual concluye por último en el estado senil, etapa deficitaria la cual, por sus manifestaciones clínicas constituyente una condición patológica.
El motivo de este trabajo es el tratar de describir y clasificar las distintas conductas factibles de uso por parte de los seniles, fundamentalmente en situación asilatoria. Se trata la clasificación conductual de los mismos ya individualmente como a nivel grupal.
Cabe hacer la salvedad que, para este estudio experimental se han considerado como muestra normativa la población de dos residencias geriátricas ubicadas en la Capital Federal de la República Argentina, siendo estudiados clasificados desde el mes de Abril de 1977 hasta Junio de 1978, 147 casos geriátricos, con un promedio de edad de 72 años, correspondiendo un 37% al sexo masculino y el 63% restante al femenino.
Se utilizaron individuos que, en su mayoría no presentaban casos psiquiátricos crónicos o deterioros psicofísicos avanzados.
Las instituciones donde se realizó la experiencia son de carácter privado, si bien un porcentaje no mayor del 30% pertenece a distintas organizaciones mutuales, lo cual nos permitió tomar una muestra significativa incluso a nivel social, cultural, económico.
Es importante remarcar que se ha focalizado el trabajo en función del estudio conductual intrínseco dado y la factibilidad de efectuar modificaciones conductuales a nivel experimental.
Se arribó así a una clasificación de conductas características que en mayor o menos medida coincide con los grandes cuadros psicopatológicos. A nivel grupal se implementaron en su momento técnicas a dinámica de grupo con marzo referencial específico y cuya validez quedó demostrada en la experiencia.
Así mismo, se abordaron posibles formas de relacionarse con el geronte en situación asilatoria, sus diálogos, monólogos y charlas, desde un sentido de estudio de conductas dadas. Por último, se plantea la relación entre el senil y la familia y la actitud del mismo terapeuta frente a la muerte.
Las conclusiones obtenidas, de ninguna manera agotan el inmenso y poco explorado campo de la edad terminal, no obstante lo cual, creo firmemente que clarifican al menos, diversas problemáticas específicas de la senilidad que pueden ser aisladas, sometidas a estudio y analizadas desde un sentido interdisciplinario psicológico, médico, sociológico, antropológico y de comunicación social.
En un anexo a este trabajo se publican por primera vez algunas entrevistas realizadas por estudiantes de la Carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Aires a seniles en parques y plazas de la ciudad, lo cual permitió obtener una visión global sobre sus intereses y motivaciones.
EL GERONTE Y LA DINÁMICA DE ABORDAJE: LA RELACIÓN TERAPEÚTICA
Al comenzar la tarea, en la primera de los dos Clínicas, nos hallamos contratransferencialmente en una recepción hostil por parte de los seniles asilados, la cual rápidamente se transformó en indiferente y fría.
Esta situación se hallaba dentro de lo factible dado un particular problema de estas instituciones, el cual es la corta duración temporal que desempeñan los profesionales que allí trabajan, lo cual significaba para los ancianos un constante familiarizarse con personas que se acercaban a ellos con fines positivos para luego de un corto tiempo perderlos con el consiguiente duelo provocado por ello.
El senil es una compleja manifestación psicológica y en ella el elemento afectivo no es el menos importante.
Anteriormente se había desempeñado en esta institución un Psicólogo Clínico quien llegó a efectuar un cuan rapport con los internos, lo cual, en este caso lamentablemente dificultaría el establecimiento de la relación para conmigo.
Las conductas que indicaban este cuadro primario eran las siguientes:
1) Mala disposición a asumir un diálogo.
2) Desvío de la conversación hacia temas estériles e intranscendentes.
3) En algunos casos (los menos) rechazo total al diálogo.
4) Idealización del objeto perdido (el anterior psicólogo clínico= en desmedro del actual.
5) Olvidos, algunas veces voluntarios del nombre del psicólogo clínico, al que pasaban a denominarlo como el anterior.
6) Un sin fin de preguntas de la vida actual del anterior psicólogo de cuándo éste de reingrase.
Nº 1) Es un claro rechazo al terapeuta, producto entre otras causas de la actitud negativa de la Dirección, al no sincerar la situación con los gerontes, y de los verdaderos motivos de egreso del anterior. Ante un viaje al extranjero de este último, se les dijo a los gerontes que estaba de licencia y de reintegraría al trabajo en cualquier momento.
Nº 2 y 3) Son diferentes formas de actuar la situación primaria, siendo el Nº2 mucho más común que el Nº 3.
Con respecto al Nº4 “Idealización del objeto perdido en desmedro del actual”. El funcionamiento adoptado a nivel individual fue un mecanismo que denominaré Esquizo-Paranoide, en similitud con la posición Kleiniana, dada la característica de: Interiorización del objeto idealizado (bueno) y extroyección de los aspectos negativos en el actual terapeuta (objeto malo).
Es importante mencionar el caso de una paciente de 77 años de edad de origen oriental y mediana posición económica, que había entrado en una crisis depresiva, una de cuyas casusas era la desaparición física del anterior psicólogo y, a la cual paralelamente al tratamiento médico se le inició Terapia de apoyo con excelente resultado: esta paciente manifestó al salir de la depresión que el Dr. L era el único que la había ayudado de su hermano, hecho temporalmente reciente, y también factor, en la constelación de factores que provocaron el cuadro, en el cual el Dr. L la había ayudado, descalificando al mismo tiempo tanto al médico como al terapeuta actual.
Con respecto al Nº5 que se encuentra vinculado al ejemplo anterior, cabe distinguir que esta posición fue prácticamente general. Interpretándola como un fenómeno de omnipotencia del Geronte que trataba idealmente de controlar una situación en la cual él se veía involucrado y sin posibilidades concretas de actuar en forma práctica.
En el ítem Nº6 tenemos el caso de un paciente con diagnóstico presuntivo de demencia senil; de 79 años de edad y abandonada por su hijo, con artrosis deformante que le impedía caminar. Ella estaba “convencida” de la amistad entre el nuevo terapeuta y el anterior hasta tal punto que su fantasía indicaba que éstos vivían en la misma casa junto con su hijo, y constantemente y le enviaba saludos y deseos de su pronto retorno.
En este ejemplo se utiliza la fase alucinatoria, propia de la demencia senil como un intento de “Solución mágica” en el sentido de que siendo para ella, la situación real no placentera, veía recreado el cuadro alucinatoriamente, en forma de expectativa agradable.
De esta manera se obtiene:
-Manejo omnipotente de la situación.
-Fortalecimiento patológico del Yo (Ey)
-Negación parcial de la situación actual.
-Beneficio secundario (Adler).
No obstante, llama la atención que a pesar de “vivir” esta paciente su propia solución mágica, la expectativa creada por ella, no haya sido directamente la de substituir fantasiosamente al terapeuta actual por el anterior. Contentándose tan solo con suponer la existencia de una amistad entre éste y aquel.
Esto podría obedecer a varios motivos, entre ellos:
-Deseos profundos de no desconectarse totalmente de la realidad.
-Temor a la presencia física del nuevo psicólogo.
-La imposición de pautas de realidad, esto es hacer interesante y amena la realidad con el fin de que el sujeto no se refugie en la fantasía.
De estas hipótesis de trabajo, se adoptó la mencionada en primer término.
Se obtuvo la siguiente conclusión: La paciente incorporaba en los profesionales aspectos de su hijo; a los cuales había identificado en el primer terapeuta por vivir ambos en la misma zona. De haber realizado exclusivamente la identificación del hijo abandónico, con el primer psicólogo que, también la había abandonado, lo único que hubiese obtenido era la recreación doble de su hecho traumático, así pues, no atreviéndose a eso, (a revivenciar la situación displacentera) adoptaba la posición ya descripta.
El conocimiento de este mecanismo defensivo y de su historicidad en cuando a la relación con su hijo, permitió adentrarse ya más profundamente en la parálisis de miembros inferiores, si síntoma más evidente. Un dato significativo fue aportado por una amiga que visitaba esporádicamente: la actual esposa de su hijo era paralítica.
Partiendo de la repetición del mecanismo de identificación ya evidenciado, en el ejemplo anterior, y descartando médicamente la posible existencia de un origen orgánico (la artrosis deformante no estaba avanzada) de la parálisis, se llegó a la existencia de una Neurosis Traumática.
Con este caso creo ejemplificar la tremenda importancia de la dinámica de abordaje al geronte; al par que ilustra sobre los beneficios de la sistematización deductiva como método clínico.
La paciente estuvo diciendo el verdadero motivo de su enfermedad durante 6 años, en los cuales había estado postrada; tan sólo era necesario decodificar el verdadero sentido de sus actos.
Estas situaciones descriptas obedecen entre otros motivos a los siguientes:
a) La revivenciación del abandono familiar. (Cambio de profesionales).
b) El sentimiento de “Cansancio” por tener que contar una y otra vez su historia personal ante rostros no familiares.
c) La confirmación aparente por el hecho de que “Todo lo realizado anteriormente había sido inútil”, del poco sentido que tendría establecer vínculos afectivos nuevamente.
d) El sentimiento de inestabilidad que provoca cualquier cambio súbito, de una situación estable.
I) DISPOSICION FISICO GEOGRAFICA DE LOS GERONTES
Si bien, el mayor porcentaje de la población de la población de gerontes tiene por diversos motivos, n ambular limitado, se observa que al término de 5 meses de trabajo los cambios posicionales y/o habitacionales de éstos, han sino en el mejor de los casos, ínfimo.
Teniendo como referencia el concepto de esquema corporal y el de Southerland-Esriel de “Grupo reliquia”, arribamos a la siguiente conclusión:
1º) El grupo de gerontes, salvo raras excepciones, se presenta más como una “Colección” que como grupo en sí. Tan solo luego de varios meses y un intenso esfuerzo en el que participaron también otros profesionales, tales como Terapista Ocupacional, enfermeras, etc. Se logró revertir esta situación en parte.
Por lo común, aun bajo los ojos de un profano, el aislamiento es la característica más evidente a “prima facie”. No obstante en esta situación que denominaré “Primaria” se pueden detectar aunque esporádicamente algunos lazos, generalmente analógica de vinculación más que nada debido a la proximidad geográfica y la mutua convivencia (compartir una mesa, un televisor, el calor de una estufa, etc.).
En un segundo momento o etapa, surge una preocupación inherente al que hacer del equipo de profesionales que actúa en ellos. Se detectan claramente en el estadio, las dos ansiedades básicas descriptas por E. Pichón Riviére. El temor al cambio en situación anterior, ya adquirida, y “acomodada” y el temor al ataque de la situación nueva.
Al tratar de reordenar los lugares físicos y roles, surge lo que se podría denominar “Defensa de Territorio”. Esto se traduce en discusiones más o menos ásperas, en las que “Triunfa” el individuo de temperamento más enérgico. Es el momento de la creación del liderazgo y por ende de la cohesión grupal. (1)
El tercer estadio en que ya se actúa con mayor consenso de la población por estar pautados sus momentos de charlas, lecturas y diversiones, al mismo tiempo que el liderazgo de cada uno de los integrantes, es el que corresponde al esquema corporal del grupo, en el que cada geronte tiene por tácito acuerdo un lugar especial no solo en la mesa del comedor, lo que generalmente se halla indicado por la Dirección o los superiores del piso desde el primer día, sino también en todos los demás ámbitos, cada uno tendrá su sillón, silla o lugar de reposo especial; su lugar frente al televisor o la radio, etc.
En esta composición, actúa siempre como substituto el denominado “grupo reliquia”, al que los demás integrantes ya estables y los nuevos gerontes que ingresen se irán adaptando casi imperceptiblemente.
Esta situación solo fue posible de revertir en actividades nuevas como por ejemplo la de redistribuir geográficamente a los gerontes al pasar un espectáculos audiovisuales. El grupo aceptó el cambio. En actividades ya con más historicidad todo intento de dinamizar el esquema corporal fue vano. Incluso en las actividades nuevas, al ser repetidas varias veces se “estatizan” nuevamente los lugares predistribuidos.
2º) Es interesante, como corolario de esto, un hecho curioso, descrito ya, frente a otra situación, por Wallon con la denominación de “Transducción”. Se observó que teniendo entre otras causas la de proximidad y fundamentalmente como vínculo el lenguaje analógico, un geronte, generalmente ubicado enfrente, al lado del otro, “Asimila” la sintomatología de aquel. Así pues, un acceso de tos de un individuo, puede provocar una epidemia de toses.
A una paciente con grave deterioro psíquico (Psicosis Esquizofrénica – paranoide – atípica), la única de la muestra que habitaba un cuarto separado de los demás, debido a los especiales cuidados que requería, le fue ubicada como compañera de cuarto una mujer de aproximadamente la misma edad, pero de cuadro aparentemente normal. La paciente psicótica, tenía como característica la de gritar, dando alaridos al oír voces que no eran las de las personas que habitaban el piso.
Esta había desarrollado un especial umbral de percepción auditiva que le permitía, sin salir de su habitáculo, pues raras veces lo hacía y esto únicamente con la ayuda de las mucamas, debido a una hemiplejia de miembros inferior y superior izquierdo; “detectar” conversaciones en voz alta de familiares y paciente del piso inferior.
Este tipo de conversaciones es frecuente debido a los muchos casos de sordera existente en las residencias geriátricas. Al escuchar estas voces, la paciente irrumpía en alaridos, provocando innumerables molestias a los ajenos al hogar (visitas) que fantaseaban escenas de castigo físicos a los pensionados.
Ahora bien, al tiempo de esta convivencia forzosa, (no existía más disponibilidad de camas) la paciente considerada más normal, comenzó a manifestar una sintomatología semejante a la de su compañera; a ratos lanzada alaridos coincidentemente con la otra. La paciente fue cambiada de cuarto, (al tiempo) y en dos semanas, se observó que la primera, se ubicaba en el comedor y se mantenía serena.
Otros ejemplos frecuentes son el de asimilación de gestos, actitudes, modismos y fundamentalmente de sintomatología. Una paciente ubicada en una mesa junto con otra tres de quejaba de estreñimiento y cefalea. Al día siguiente dos de las otras manifestaban quejas.
Este fenómeno se repite tan frecuentemente en los asilos y hogares para ancianos que no deja margen adecuado para aceptar una posición escéptica. Esta especie de “imitación de forma”, es algo más que una coincidencia. (2)
Recuerdo el caso de una paciente francesa con la cual obtuve un muy buen rapport
debido a mi manejo del idioma y que manifestaba un fuerte cuadro hipocondríaco
que se manifestaba de la siguiente manera, cada vez que veía un uniforma blanco
( asemejado al del médico), la senil se acercaba y comenzaba con su letania…Monsier
le docteur…Je suis malade…etc, la cual no disminuía hasta que se hacía la
puesta en escena de una revisación con, generalmente una toma del pulso como
acto principal. Posteriormente agradecía y se retiraba.
Un día, esta paciente falleció, o como nos obligaban a decir en la residencia”
fue trasladada”, al poco tiempo, la nueva huésped, que compartía el mismo lugar
que la difunta señora francesa, tanto tn la mesa, como en el cuarto y, en
especial a la hora del te, comenzó con la misma sintomatología que hacía
recordar peligrosamente a la hipocondría de la Francesa, solo que en español.
Era un mecanismo que habría que entender como un Esquema Conceptual Referencial
Operativo, como menciona Enrique Pichon Riviére, pero en el plano psíquico, que
semejaba el denominado po Jung “espacio psicoide”
II) FORMAS DE RELACIONARSE CON EL SENIL
La actitud del terapeuta sea cual fuere su encuadre, siempre tendría que incluir como formas de aproximación las siguientes pautas:
1) Hablar lo más claramente posible. En un lenguaje accesible, en lo posible frente a frente y con la mirada fija del eventual interlocutor.
2) Memorizarlo más rápidamente posible los nombres y apellidos de cada paciente, evitar toda forma de saludo o llamada que vaya en desmedro de geronte. Como por ejemplo: Don José; Abuelo; Viejo; etc. Es conveniente utilizar sólo el apellido anteponiéndole la palabra SR. O en el caso de que éste haya sido profesional, el del título que le corresponda.
En este punto es interesante destacar la experiencia vivida por el autor con un interno que fue aproximadamente treinta años atrás un gran Juris consulto, Doctor de Leyes y de gran actuación pública. Al comenzar a dialogar sobre temas que se suponía era conocedor y utilizando el trato ya descrito, se llegó a una revalorización del geronte, que trascendió a sus demás compañeros e impulsaron a éste a comenzar a escribir sus memorias.
Cabe distinguir que este paciente al margen de su historia particular (divorciado dos veces, una hija bailarina de T.V y con diagnóstico clínico del Mal de Parkinson, demencia senil esclerótica y sin control de esfínter uretral) se encuentra perfectamente vinculado al grupo con quien participa en actividades de Ludo-Terapia.
3) Evitar en lo posible el uso de guardapolvos, puesto que éste puede ser causa de rechazo y no comunicación a nivel psicológico deseable. Es aconsejable en cambio la utilización de vestidos sobrios y tonos no llamativos.
4) Adaptarse a las pautas normativas socio-económicas de cada paciente. En este ítem resulta interesante distinguir la heterogeneidad social que caracteriza a la residencia geriátrica, puesto que normalmente la aceptación de pensionado en tanto particular como estatal.
5) Dirigirse al geronte en el mismo campo físico que se encuentra y no pretender apartarlo de su ambiente ni con directivas, ni con la ayuda del cuerpo de enfermería para llevarlo al gabinete psicológico. Es aconsejable dialogar con el mismo, en el momento y lugar en que se encuentra.
6) Por último mantener siempre un encuadre lábil y de tensión flotante, y no pretender que el geronte acepte como “Vox Dei” desde un primer momento, ni aun mucho más adelante los señalamientos a interpretaciones dadas a cada caso.
Siguiendo esquemáticamente estas pautas de conducta y otras en las que se debe manejar la seducción, contra-transferencia, etc., se llegó a obtener en un corto plazo un consenso generalizado de aceptación.
III) LA PATOLOGÍA CONDUCTUAL EN LA VEJEZ
Es factible dividir, de acuerdo con la Escuela Francesa, (Ey y continuadores) la senescencia en dos períodos correspondientes a una distinción ya clásica: la PRESENESCENCIA o período de involución que puede situarse entre los 45 a 65 años y la VEJEZ propiamente dicha más allá de los 65.
En efecto, los resultados más positivos para el conjunto de aptitudes: memoria de evocación, fijación, topográfica; comprensión de problemas técnicos; tiempo de reacción auditivo o visual; fuerza y fatigabilidad musculares, habilidad manual, etc., se sitúan alrededor de la treintena, límite no casual de edad crítica en gran parte de los deportes.
Luego de esta edad, los test psicológicos y psicofísicos muestra que ha dado en denominarse DETERIORACIION FISIOLÓGICA, obtenida en comparación de los puntajes obtenidos en función de desvíos standarts (S) con respecto de la media típica aritmética de la muestra.
No es no obstante hasta la presencia que las curvas se desvían de manera evidente hasta tomar una expresión clínico-patológica.
El déficit que se va verificando en el transcurso del tiempo es el siguiente:
1) La memoria revela en los test, signos deficitarios, especialmente la denominada memoria de fijación y la evocación de recuerdos recientes. Con la atención sucede de forma análoga al igual que la imaginación que se vuelve menos activa.
Fisiológicamente el sujeto es más sensible a la fatiga, hallándose la capacidad y potencia de trabajo más o menos disminuida. El esfuerzo resulta más difícil de sostener. Estas modificaciones se expresan por una reducción de la curiosidad intelectual, disminución del dinamismo y la iniciativa, el sentimiento de una tristeza vaya y, generalmente un estado de irritabilidad e impaciencia.
2) Las funciones sensoriales y motrices presentan alteraciones que sobrevienen fuera de toda alteración patológica. Cabe citar la experiencia de Aubry, quien demostró que, después de lo 40-45 años, aun en los casos más particularmente favorables, el oído a perdido su finura, comenzando la que podría denominarse presencia.
Así mismo, las reacciones psicomotrices a los diversos estímulos; su adaptación para determinada tarea, estará (Pacaud 1953) “francamente modificada a partir de los 45 años…”
3) El denominado aspecto general refleja el envejecimiento; la silueta se pone pesada por un engordamiento que predomina en ciertas regiones (vientre, cadera).
La piel pierde su hidratación y su elasticidad arrugándose. Las varicosidades se acusan, las venas sobresalen, mientras los cabellos encanecen y se hacen escasos.
Es evidente que la aparición de todas estas modificaciones psico corporales y clínicas de la senescencia entraña un cambio progresivo y a veces brusco de las relaciones sociales.
En Suecia, van disminuyendo de acuerdo a la edad, paulatinamente las horas dedicadas al trabajo ya sea manual o intelectual, tiempo que va engrosando las horas destinadas por el individuo a tareas de esparcimiento enriquecedor. De esta forma la desinserción se efectúan paulatinamente y el cambio no violenta la integridad del sujeto senil a nivel humano.
Con todo, la problemática de la vejez es ampliamente complicada y una pluricausalidad de diversos factores de los cuales los psicólogicos y los sociales no son los menos importantes, dan lugar a una abundante psicopatología, que halla tal vez en el suicidio su forma más impotente de expresión.
Si bien no es nuestro propósito dedicar este trabajo a la senilidad anormal, es decir a la Psicogeriatría, es conveniente reveer los distintos cuadros psiquiátricos, para no perder el horizonte patológico con interpretaciones que no se ajusten a los esquemas semiológicos.
Entenderemos dos grupos de enfermedades mentales:
a) Psicosis y neurosis seniles.
b) Demencias
El primer grupo estará constituido por las neurosis, los estados maníacos depresivos y los estados delirantes de involución; todos estos, y he aquí la característica que hace factible su división, evolucionan sin un decaimiento demencial notable. Estos trastornos, en la mayoría de los casos responden a características previas de la personalidad, las cuales en determinadas circunstancias sufren un reflorecimiento sintomatológico en la denominada edad crítica.
La semiología de estos estados estará impregnada por un sentimiento de depresión y de angustia ante el ocaso de la existencia, notándose a menudo una sensación, en determinados casos, de culpabilidad que puede evolucionar en determinada forma de persecución.
Esta nota ansiosa y depresiva dominante obliga a ubicar en este grupo a las melancolías de involución.
Mencionaremos básicamente a las distimias como transición a estados neuróticos, maníaco depresivos o delirantes, esto es localizado en forma de actitudes de frustración, de reivindicación que versan generalmente sobre temas hipocondríacos y que no vacilo en ubicar como manifestaciones de tipo pseudoneurótico de mecanismos defensivos contra la ansiedad al “tremendum” (la muerte).
Serán pertenecientes a este grupo las depresiones neuróticas, caracterizados por el tendium vitae como reacciones fundamentalmente aplicadas a dificultades vitales, como viudez, alejamiento de los hijos, desinserción laboral, inutilidad social, etc.
Neurosis histerohipocondríacas, campo altamente propicio para la verificación de los principios teóricos de la Psicología Individual, y que, a menudo instrumentan señales que presentan alguna afección orgánica (parálisis, paresias, algias) que cristalizan y expresan afectos inconscientes, poniendo en juego mecanismos de defensa típicamente neuróticos; entonces se asiste a manifestaciones de refugio en la enfermedad.
Neurosis obsesivas y fóbicas: Trastornos más raros que acompañan a menudo fuertes tendencias depresivas y de ansiedad difusa, de las cuales las fobias representan un intento de sistematización. Los temas de las fobias y de las obsesiones son los mismos que se encuentran en otras edades.
Melancolías de involución: Uno de los síndromes más típicos de la presenelidad, caracterizada según Nacht por un “agotamiento de la energía biológica y perturbación del régimen pulsional y relacional, retirada de las catexias libidinales, alejándose del objeto mismo” y que en un trabajo anterior denominó con el nombre de decatectización.
Kraepelin, asiló en 1896 a la melancolía de involución como una entidad sintomatología que clasificó fuera de las psicosis maníaco depresivas. También es considerada actualmente como “depresión endógena”.
Estados maníacos preseniles: Son muy raros y tienen como características: predominancia nocturna de la agitación; alucinaciones terroríficas de la vista y del oído y posible complicación con un delirio agudo terminal.
Psicosis delirantes crónicas, dentro de las cuales se hallan el “delirio de prejuicio de Kraepelin” (1910), la “paranoia de involución de Kleist”, donde existen un síndrome de automatismo mental y las formas denominadas paranoides (reivindicación, etc).
El segundo grupo que habíamos mencionado como DEMENCIAS, incluye:
La demencia senil, que se manifiesta generalmente después de los 65-70 años.
La Presbiofrenia, descripta en 1906 por Wernicke como una variedad de la demencia senil caracterizada por la importancia de la amnesia de fijación, desorientación témporo espacial, fabulación y una deteriorización mental relativamente menos acusada que en las otras demencias de la misma edad, no obstante, el juicio ser superficial, es mejor conservado, al igual que los sentimientos afectivos y morales.
Demencia atrófica y presenil: (Enfermedad de Pick y enfermedad de Alzheimer).
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IV) DIALOGOS – CONVERSACIONES- OLVIDOS
La conversación del geronte normalmente puede ser:
A) Un tanto monotemática que sería el equivalente Psicopatológico de una personalidad epileptoide.
B) Intrascendente. Característica de las demencias.
C) Místico – esotéricas.
Los temas de conversación más comunes son: la familia y las enfermedades, surgiendo también aunque esporádicamente entre los hombres los deportes (Futbol y Boxeo). Entre las mujeres temas de política y religión. En muchos casos también la actividad específica desarrollada a lo largo de la vida.
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V) DIVERSAS PERSONALIDADES
De un estudio realizado in situ, surge que la mayoría de los gerontes de las residencias, son en un 67% emergente rechazado por la familia. El porcentaje restante con malformación física y/o enfermedades que hacen imposible su adaptación social, Asimismo, sólo un 26% del total recibe visitas de los familiares.
Con esta base tomaremos como hipótesis de trabajo la de que el Resentimiento; el abandono; la sensación de impotencia; la inutilidad de transmitir conocimientos experimentados y la agresividad (en la mayoría de los casos oculta) serán componentes básicos de la personalidad del geronte en situación asilatoria.
Siguiendo la tipología Jungiana, un 80% corresponde al tipo de Introvertido y el 29% restante al Extravertido. El Extravertido concede valor al mundo exterior, riqueza, prestigio, busca la aprobación social, tiende a ser conformista, es sociable, gusta de la actividad exterior, del cambio y de la variación. Es en este grupo donde se ubican los individuos de nivel económico social medio.
El introvertido: está caracterizado porque su interés porque su interés reside esencialmente en la esfera de las ideas. Siendo éstas en los gerontes de tinte nostálgico por una parte y metafísico por otra.
El autor a fin de manejarse con un esquema inteligible ha clasificado los tipos de personalidades de una manera que no excluye las formas mixtas.
a) Personalidad epileptoide. Caracterizada por los rasgos hipocondríacos que actúan contra las ansiedades básicas; se caracteriza por una persecución a todo profesional requiriendo constantemente que se lo revise o se les administre alguna medicación frente a algún dolor, imaginario en la mayoría de los casos, o simplemente que se les haga compañía.
b) Personalidad depresiva. Caracterizada por marcados rasgos de introversión, y de negativismo frente a cualquier estímulo externo. Este tipo de gerontes es por regla general, fácilmente tratable, en tanto la transferencia se realice de forma más o menos adeuada; de manera tal de revalorizar algunas esferas de su anterior actuación social, (afición por las artes, comidas favoritas, viajes, etc.)
c) Personalidad complaciente. Donde el rasgo es el “deseo” de ser como el terapeuta quiere que uno sea, esto es, asimilar inmediatamente pautas de conducta que “halaguen” al profesional, volcando de esa manera su situación de interno a la de “ayudante” del psicólogo. Esto en la práctica se ve muy a menudo. Caracterizándose este tipo por haber sido en su vida. Esto en la práctica se ve muy a menudo. Caracterizándose este tipo por haber sido en su vida seres prácticamente incapaces de asumir decisiones y riesgos por sí solos.
Este transvasamiento clasista les permite adoptar una acutación “falsa”, como por ejemplo constituirse en líder de un grupo, o marcar tareas o conductas a los demás integrantes, no desdeñando en el momento oportuno la fabulación de hechos ficticios en perjuicio de otro pensionado, o dicho llanamente, la delación.
Necesitan actuar estas conductas únicamente para obtener el beneplácito de profesional de turno y desde un punto de vista complejo, para reparar esa incapacidad de asumirse como personas, en una sociedad con derechos y obligaciones. En algunos casos resultó conveniente dar parte del manejo a este tipo de gerontes consiguiéndose casi automáticamente una mejora. En el siguiente caso, se describe una experiencia de este tipo.
La Sra. F. de buen nivel económico y de extracción socialmente encumbrada mantuvo hasta los 29 años de edad, una actitud regresiva y “consentida”. Vulgarmente podríamos decir que se comportaba en forma inmadura. Al poco tiempos de su casamiento, tuvo una hija que pasó a ser para la madre un objeto indeseable; incapaz de asumir decisiones por sí misma, meses después de la muerte de su esposo y siendo su hija ya una adolescente, le surgió que se mataran juntas, porque no sabía hacer nada para subsistir.
Años más tarde mientras su hija se comprometía en matrimonio, hizo todo lo posible por arruinar la relación, temiendo perder el objeto de dependencia. Por último luego del divorcio de ésta, se refugió en cuanta comunidad religiosa tuvo a su alcance, aunque sin participar activamente en ninguna.
Dilapidada ya la fortuna familiar, y con la hija ausente, trabajando todo el día, sus parientes lejanos y ésta, decidieron internarla, episodio que aceptó con agrado, porque le permitía no asumir ningún riesgo. Las conductas de F,. en la residencia eran muy interesantes. Constantemente usaba ropa negra y el cabello recogido hacia atrás, mientras que un gran crucifijo constituía su único adorno sobre el pecho. Se hacía llamar por el diminutivo de su nombre, y sistemáticamente decía al que quisiese oírla que ella estaba destinada a cumplir una misión divina. Al ser entrevistada manifestó las peores calumnias contra su hija, al mismo tiempo que se convertía en un líder del grupo de mujeres. Con una moral estricta y abusiva.
Luego de varias charlas con su hija, a la cual no quería ver, se resolvió estimular el comportamiento que la paciente detentaba, de la siguiente forma:
1º) Destinársele el especial cuidado de una pareja de ancianos con un grado elevado de deterioro psíquico senil
2º) Se le sugirió que semanalmente pasara un informe oral en el que detallaba lo realizado.
3º) Se la incluyó en charlas y lecturas de textos relacionados con el quehacer religioso-teológico.
Al poco tiempo se empezaron a ver algunos logros. Consultada e instruida la hija acerca de las conductas seguidas, se notó una aproximación entre ambas que comenzaron a salir a la calle y realizar compras juntas.
Paralelamente la inserción grupal de la Sra F., fue mejorando al estar pautada y dirigida su conducta a metas y senderos fijos. Esta mejora se debió a permitirle a la Sra. F. la oportunidad de “reparar” su falta de decisión y de función en la vida. No obstante y he aquí lo característico de este subgrupo, esto es hasta cierto punto falso, pues aún en esta situación, si bien se revela un afán oír, actuar y ocuparse en una tarea útil, siempre dependerá para el logro de esto no solo del marzo de referencia dado por el psicólogo, sino también del estímulo de éste que imperiosamente necesita.
Pero en estos dos hechos, encontramos el motivo verdadero de las mejorías experimentales, y éste no es otro que la “necesidad de autovaloración”, conseguida de esta forma. En última instancia el grupo complaciente actúa en la misma forma que un niño al que se debe estimular. Puesto que de este estímulo deviene luego la autoestima.
d) Personalidad Autista. En este grupo enumero por un lado aquiellos que se refugian en la enfermedad con el exclusivo fin de obtener un beneficio secundario, saboteando sistemáticamente todo intento de mejorías. Y la autista-abandónica por causas fundamentalmente neurológica, de esta última cabe decir que el proceso de deterioro psíquico, es muy grande y generalmente debido a casusas neurofisiológicas: Mal de Parkinson, arterioesclerosis generalizada; enfermedad de Huntinton etc. De modo que es muy poco lo que se puede realizar desde el punto de vista psicológico, salvo orientar a la familia, los enfermeros y al personal de servicio. En este grupo el autismo es un síntoma psíquico que acompaña al síndrome neurológico.
Con respecto al primer subgrupo, es tanto el trabajo, tan arduo con tan poco resultado práctico, que se necesitaba mucha voluntad a veces apartarse un tanto del encuadre psicológico, para obtener algún resultado práctico. Es el caso de un viejo marino yugoeslavo, que navegó por todos los mares del mundo de 78 años de edad, soltero, quien hace ya veinte sufrió una fractura en la pierna izquierda, y desde entonces imposibilitado de caminar, de hallaba en silla de ruedas.
Fue internado como pensionado de Marina, desarrollando una vez en la Institución una actividad restringida al espacio que alcanzaba desde su silla, en verano era transportado al jardín donde permanecía prácticamente sin mantener ningún contacto con los demás gerontes. Salvo algunos esporádicos. Individuo de gran cultura popular, conocedor de cinco idiomas, se presentaba ante los profesionales como un hombre al cual ese fatal accidente le había constreñido a su situación actual. En este caso la relación terapeuta-paciente surgió por medio de una serie de revistas de habla italiana y francesa que le permitieron recordar un tanto, expresiones idiomáticas ya olvidadas.
Asi mismo esto posibilitó un buen “raport”, allí donde otros profesionales habían fracasado. En las charlas con él en Español desfilaron numerosas anécdotas de viajes, la mayoría de los cuales eran ficticios o poco creíbles. Al aumentar la duda acerca de gravedad de su lesión, se solicitó un examen comprobatorio de la misma, que sorprendentemente dio como resultado que no era ésta de la importancia dada, y que con un poco de ejercicio y rehabilitación kinesioterápica podría volver a caminar, ayudado en un primer momento por un bastón y luego solo.
Al comunicársele esto, no se mostró muy dispuesto a aceptar el hecho. De aquí en más, los datos se sucedes de la siguiente forma:
1) Realiza pequeños ejercicios con la vigilancia de diferentes miembros del cuerpo de enfermeros.
2) Recibe la visita de un masajista,
3) Mal rapport con éste.
4) Se queja de que las enfermeras no lo ejercitan (dato- comprobado falso)
5) Comienza a caminar con bastón, desde su dormitorio hacia el patio.
6) Cae en los primeros intentos, sufre una luxación.
7) Se “convence” de que es una nueva fractura. Se limita al use de la silla de ruedas.
Este caso ha sido planteado a fin de demostrar la personalidad de este tipo de pacientes que al decir de Adler “Instrumenta la enfermedad para sus propios fines”.
En este geronte la enfermedad, es el único medio que encuentra como vinculativo con el ambiente social que lo rodea, este tipo de casos, ya descripto en las escuelas Adlerianas, se refugian en su dolor para no asumir la realidad concreta y tangible que impone la vida. Este caso esta realidad es de por sí desagradable.
Por otra parte, con este pretendido refugio en la enfermedad, logran detentar el poder de la situación, en el sentido de ser ellos el foco o centro de la atención. Se observa que este tipo de conducta es característico de individuos de buen nivel cultural. (3).
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VI) MECANISMOS DEFENSIVOS CONTRA LA ANSIEDAD (tremendum) (4)
La ansiedad básica fundamental en los hogares geriátricos es la Depresiva. El temor a la muerta es lo que acuciantemente debe ser soslayado. Esquemáticamente trataré de mencionar las conductas depresivas, que por cierto son muy variadas.
a) Conducta de desviación somática (Hipocondríaca)
El paciente se caracteriza por requerir constantemente la presencia del médico, siendo automáticamente todo individuo con guardapolvo “médico” y paralelamente al cual, o mejor dicho frente al cual se magnifica cualquier síntoma que normalmente no es significativo. Es el caso del paciente que manifiesta llevar tres meses sin evacuar sus intestinos; o de paciente con sordera parcial desde hace más de 35 años, que se quejaba porque “andaba un poco duro de oído”; también hay casos de hipertensos con baja presión o hipotensos con alta presión, etc.
Este mecanismo actúa de la siguiente manera: Se desvía el estado general orgánico hacia algún síntoma especial incongruente con el fin de que el médico le manifieste la normalidad de tal cual área; cediendo así y atenuándose en parte, al menos momentáneamente, la ansiedad básica. También de esta mera se pretende obtener el consentimiento por parte del profesional de que “todo está bien” otorgándole a éste prácticamente una omnipotencia.
Con respecto al temor de la muerte: Cabe mencionar el casi de una paciente de 87 años de edad, de nacionalidad francesa, que quería constantemente tener una atención médica, lo requería al primer profesional que se le acercara. Al considerar ella una vez que se la “Desatendió”, puesto que pidió otra revisión veinte minutos después de haber sido efectuada la primera y se le negó, al día siguiente comenzó en episodio de afonía casi total, durante el cual de quejaba de que nadie la cuidaba y de que “Para estar así es mejor estar muerta”. Al ser trasladada a la otra residencia donde se la ubicó se la ubicó frente a la enfermería, la afonía desapareció al mismo tiempo que esta conducta.
Este mecanismo defensivo posee características mixtas, pues si bien el substracto es hipocondríaco, la personalidad de estos gerontes es epilepto de mientas que se ven compelidos a repetir el ritual de queja-revisación-satisfacción; de una forma que guarda gran semejanza y similitud con la Neurosis Obsesiva.
B) Conducta de desviación mística
En estos casos de profesional se encuentra suplantado por imágenes religiosas, amuletos, estampìtas, etc. El senil deposita toda su carga tensional en ese objeto que actúa contrafóbicamente.
Son comunes el uso de estos elementos y se deberán considerar como aspectos desviativos de la ansiedad que produce la muerte y el incierto destino que esta trae aparejada. Así pues, el uso de estos objetos es generalizado, su utilización permite un manejo mágico del tiempo y del devenir adecuándolo a expectativas más gratas.
C) Negación maníaca
Este tipo de gerontes vive una realidad fantaseada, que va desde la negación de su verdadera edad en forma grotesca (por ejemplo: una paciente de 78 años de edad manifiesta tener solamente 33 años) pasando por la creación de familiares ficticios que supuestamente la visitan; hasta la negación de cualquier tipo de sintomatología. Este cuadro podría considerarse como opuesto al A).
D) Caracteriza a los pacientes negativistas y completamente entregados a los destino que se ocupan de “pintar más negro” de lo que es. Este tipo de gerontes aun en medio de una actividad que les resulte interesante será incapaz de expresar su entusiasmo.
Manifestará en el momento más extemporáneo su deseo de morir. (5).
VII) FAMILIA Y SENIL
El proceso de instalación del geronte en el hogar de ancianos, se da en tres niveles:
1) La familia.
2) El anciano.
3) La institución. (6)
Una multicausalidad recíproca acompaña a estos tres niveles en un proceso de interacción.
Por lo general la familia adopta dos tendencias que son: Vivis la separación con culpa, a menudo aparente y/o deslindar completamente la responsabilidad en la institución. Este tipo de familias culpógenas aducen muy variados motilidad en la institución. Este tipo de familias culpógenas aducen muy variados motivos para la instauración del geronte; en rigor todos y cualesquiera de estos motivos actúan como RACIONALIZACIONES que una vez interpretadas arrojan la realidad de la “molestia”, ya sea ésta física, social, o económica que ocasiona el anciano.
Al otro tipo de familiar que descarga se culpa en la Institución trabando todo el accionar que ésta o sus profesionales intenten en beneficio del pensionado. Esto obedece psicológicamente a la consigna de “Si nosotros no lo pudimos hacer, Uds. Tampoco”.
Demás está decir que todos los motivos que en estos casos se invocan son siempre en “beneficio” del anciano, cuando en verdad no constituyen más que una mera racionalización son base de sustentación. Este es el tipo de familia que destruye todo lo que se pueda realizar a nivel institucional, ya sea con comentarios tendenciosos frente al geronte acerca del servicio, habitaciones, comida atención médica; o sino llegando en algunos casos a reprocharle al geronte al gasto económico que éste ocasiona.
Otro tipo de familias es la que verdaderamente se preocupa e interioriza periódicamente de la situación, compartiendo decisiones y siguiendo las pautas trazadas por el marco institucional, y los respectivos profesionales.
Por último mencionaré a un tipo de familia opuesto a la fantasmal o ausente, que por exceso de atenciones tampoco beneficia al geronte en vinculación con el medio. Este subgrupo suele ocasionar innumerables fricciones con la Dirección de la institución (y los respectivos profesionales), tales como: Solicitar ampliación de horario de visitas. Solicitar atención médica permanente, etc. Este tipo de familias parte de dos premisas erradas: a) Considerar a la institución como una extensión de su casa. b) Pretender que la residencia geriátrica sea una clínica.
El complemento en el geronte del sentimiento culpógeno general, experimentado por los familiares, es la sensación de abandono. En rigor estos pares no solamente se correlacionan, sino también interactúan de una manera particular. Ambos sentimientos culpa y abandono son los componentes fundamentales de un movimiento que podríamos llamar de retroalimentación o “feed bac” en un sentido amplio, puesto que el uno genera una reacción sobre el otro y viceversa. Cumplimientando lo que podríamos comparar al mecanismo de circuito doble o cerrado de la cibernética.
La familia siente culpa por el abandono cometido, a su vez el geronte en todos los casos siente el abandono y culpa de esto, abierta o encubiertamente a la familia; ésta en presencia del geronte “expia” su culpa, mientras éste por un lado se gratifica con la situación mientras que por otro “sufre” cuando se produce el fin de visita.
Un Sr. De 77 años de edad, profundamente religioso, pero separado desde hacia más de 25 años de la esposa, con una hija a la que no veía muchos tiempo antes de la internación y con un cuadro avanzado de deterioro senil, llevaba un comportamiento socialmente correcto con los demás integrantes del hogar geriátrico, más al recibir las visitas de la esposa, su comportamiento cambiaba diametralmente, se encerraba en un mutismo casi absoluto en presencia de ésta, y se complacía al ver que la mujer se desesperaba, tratando de dialogar con él.
Al término de la visita de observó que el geronte se mantenía durante dos o tres días malhumorado, triste y rehuía el contacto con las personas, e incluso con el equipo profesional. Citada la esposa de éste, con el fin de ahondar, lo más posible en las motivaciones y los sentimientos que las actitudes de su ex cónyuge suscitaban en ella, los resultados fueron los siguientes:
En primer lugar se refugió en una explicación que podríamos llemar ético-religiosa, alagando su credo y sentimientos humanitarios. Se le explicó que en este caso, las visitas que ella realizaba eran desde un punto de vista médico, no beneficiosas, puesto que luego de ellas el anciano no se alimentaba, ni aseaba como debería hacerlo. Asi mismo, se insistió en que dada su situación, (actualmente se encuentra unida a otro hombre y absorbida con su trabajo) la explicación que al comienzo ella había dado, no era satisfactoria.
Teniendo en cuenta además que este geronte era también visitado, aunque con menos asiduidad por otros familiares, y que ellos manifestaron no tener afecto por én ante esto, la mujer confesó sentirse de alguna manera “culpable” por el fracaso matrimonial y necesitaba el “perdón” (textualmente) de su culpa, hecho que recreaba él cada visita.
Esto nos llevó a ahondar aun más en el punto en otras entrevistas; en las que la mujer adoptó una posición más abierta aun, manifestando que “necesitaba” tanto las visitas como un ex esposo. Una observación indirecta de la “visita” nos mostró la siguiente escena analógica: “ella casi en actitud suplicante, mientras él permanecía enfrente de manera ausente”. A continuación se procedió a restringir la presencia de la mujer.
Este interjuego tiene como elementos secundarios el par antitético sadomasoquista el concepto Sociológico de “protovínculo”. La salvedad en estos casos es que ninguno de los componentes está exento de pasar a ocupar el papel del otro, siendo que el dominado, por ejemplo es dominado también por la misma situación al igual que el circunstancialmente dominado. Esta función alienante del núcleo familiar enfermo, y que se prolonga más allá del mismo, en la Institución, ya ha sido descripto, aunque con referencias fundamentalmente de familiar psicóticas, por Bassaglia y Laing.
La Institución y con ella el cuerpo de profesionales que ocupa, no puede estar ajena a estas situaciones de las cuales es continente geográfico y, siempre en última instancia el 3er. Momento, consecuencia de los otros dos, se ve envuelta en el interjuego.
Frente a esto el criterio a adoptar debe ser “Cum grano salis” y fluctuar en una posición en una posición media entre la reglamentación normativa intrínseca de la institución que ataña y las motivaciones psicosociales de cada paciente en su participación.
NOTAS
1) Al respecto no se puede dejar de lado la similitud conceptual con el concepto desarrollado por los etólogos como Darwin, Lorenz y Tinbergen.
Se trata en este caso de uno de los principios teoréticos del desarrollismo evolucionista.
Es interesante recordar los trabajos sobre “Agresión” de Lorenz (1963); Berkowitz (1962); Carthy & Ebling (1964).
2) La connotación del problema hallado, hace pensar en su posible significación con respecto al concepto de troquelado. Morris dice: “Mientras los traumas están relacionados con experiencias dolorosas, negativas, la grabación es un proceso positivo. Cuando un animal experimenta el fenómeno de la grabación, desarrolla una unión positiva a algo. Al igual que las experiencias traumáticas, el proceso termina rápidamente, es irreversible o, casi y no necesita ningún reforzamiento ulterior.
El concepto de “malgrabación” ha sido desarrollado por Heideger (1950); Morris (1964); Scott (1956), mientras que el de aislamiento social (en menos por Harlow & Harlow (1962).
3) Nos enteramos luego de un tiempo bastante prolongado, de la muerte de este senil, ocurrida luego de tres meses del alejamiento del autor de la Residencia geriátrica en cuestión.
4) Al respecto hemos incluído con la específica significación que el autor le da el término de “tremendum” en cuanto a la significancia del terror ancestral y expresado en términos arquetípicos de la muerte, de acuerdo con E. Herzog “Psiquis y muerte”.
5) La clasificación no pretende ser original ni exhaustiva, existiendo desde ya formas mixtas o recombinaciones de dos o más tipos. Es útil en este punto la lectura del trabajo realizado por Menziéz y Jacques “Los sistemas sociales como defensa contra la ansiedad”, al igual que el ya clásico trabajo de Anna Freud sobre “El yo y con los mecanismos de defensa”.
6) Por institución entendemos el marco social pautado y específico corporalmente presente como habitáculo receptor y normativo.
7) En referencia al concepto de “tercero fantasma o fantasmal” (Bateson).
Entrevistas a seniles en situación libre
A continuación se transcriben algunas de la casi 700 entrevistas realizadas a seniles en situación que podríamos denominar “libre” como contraste de los descriptos bajo situación asilatoria.
Las que se hallan seleccionadas corresponden a una muestra homogénea de la totalidad mencionada tomando como parámetro el tipo de respuestas dadas, es decir que cada una de ellas es más o menos significativa.
El motivo de este trabajo permitirá al lector comprender en parte los duelos que el anciano debe soportar al mismo tiempo que sus aspiraciones expresadas dentro de un contexto cotidiano.
El lugar geográfico escogido fueron determinadas plazas y paseas de la Ciudad de Buenos Aires y la entrevista fue pautada, lo cual permitió formalizar criterios que, por sus conclusiones pertenecen ya a otro tipo de estudio.
Se ha incluido en la encuesta una interpretación por parte de los entrevistadores acerca de la serie auditiva paralingüística al mismo tiempo que del lenguaje analógico y formas de conducta evidenciadas.
Cabe por último agradecer a los estudiantes de la Carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Aires por la colaboración prestada en la colección de estos datos.
Edad: 68 años.
Sexo: Masculino.
Lugar: Plaza Cánning (Las Heras entre Canning y Salguero). Concurre gente de clase media alta y media.
Actitud el entrevistado. Se acerca caminando, para sentarse en el banco en el que yo me encuentro con una amiga, y dice: “Me voy a sentar al lado de las chicas”.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. Su tiempo?
“En las chicas, es un chiste. En muchas cosas, no todos los días en lo mismo, según mis caprichos; leo libros, veo T.V, hablo con la gente, cualquier tipo de persona, estudiantes, albañiles, y me formo una idea, hay que darse a la gente y no causar al prójimo un complejo de inferioridad si no tiene mucha mente, no hay que se prepotente”.
2) ¿Qué opina de la familia de esta época, por qué?
“Es como la época: loca, ya no es como ha sido hace 40 ó 50 años; se hacen disparates. Ya no hay esta familia unida; a los 14 ó 16 años los chicos ya se van y quieren hacer cualquier pavada. Hacen las cosas como ellos piensan. Hoy ya no se sabe si habla con un abogado, o con un albañil, cada uno se viste de cualquier forma”
3) ¿Qué actividades le gustaría hacer? ¿Por qué?
“Industrial, nada de abogado, porque yo hice las peores experiencias con abogados, tránsfugas, coimeros, atorrantes. Yo me he desenvuelto desde los 16, 17 años en grandes empresas, y después a los 21 al frente de una sociedad industrial, en Alemania; sé manejar a la gente, sé dirigir, hasta he funcionado como abogado”.
4) ¿Qué es lo que más le gusta de la juventud? ¿Por qué?
“Las chicas (se sonríe). La juventud, cuando habla y procede sobre una base sólida, nada de fantasías; cuando han estudiado y han aprendido. Está bien que se diviertan, que sean alegras y serios porque todo tiene su tiempo”.
5) ¿Qué es lo que más le gusta de la juventud? ¿Por qué?
“La locura, porque todo tiene su límite. Estas locuras que se manifiestan en las ropas, en las músicas, no puede ser”
6) ¿Qué opina Ud. De la gente de su edad? ¿Por qué?
“Que son todos unos viejitos, se portan como viejitos, yo soy de espíritu joven, a los de mi edad los siento viejos”.
Análisis de las series comunicacionales
Pregunta que ofrece el mayor grado de resistencia: la Nº 6.
Habla pausadamente, remarcando algunas palabras y sílabas, esto acrecentando por su acento extranjero. Colocaba énfasis en lo que decía, y su mirada estaba fija en mi mirada, sobre todo cuando le formulaba la pregunta, y comenzaba a responder, como buscando algún indicio en mis gestos; dos o tres veces me preguntó si había contestado adecuadamente, y dijo que yo estaba haciendo con él, lo que habitualmente él hace con la gente, que es tratar de formarse una idea acerca de la psicología de esas personas. Al finalizar hizo un comentario medio interrogativo sobre si era loco o no. Sus gestos eran acordes con el tono de la voz y con lo que decía. A veces desmentía sus palabras con sonrisas irónicas.
Edad: 70 años
Sexo: Masculino
Lugar: Plaza Los Andes. Clase media-baja.
Actitud del entrevistado: Se encuentra sentado, solo en un banco, mirando la gente.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. Su tiempo?
“Hago lo que puedo, vengo a la plaza o ayudo en mi casa”.
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“Está todo pervertido, se pasan…Y… no sé, otra cosa no puedo opinar”.
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“La verdad es que ni pienso en hacer nada, estoy muy viejo”
4) ¿Qué es lo más le gusta de la juventud?
“Que sea trabajador y que acepte a los padres”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta la juventud?
“Que estén en los bares con los amigos. Que no estudien; tienen que ser como antes, los viejos saben más que los jóvenes”.
6) ¿Qué opina Ud. De la gente de su edad?
“Son todos jubilados, conversan entre ellos para pasar el tiempo. Porque no pueden hacer nada, no pueden opinar, porque los jóvenes no los escuchan”.
Análisis de las series comunicacionales
En principio, cuando se lo invita a contestar, pregunta sobre las características del cuestionario, se interesa por si el cuestionario es de tipo político.
Al disponerse a contestar, dobla el diario, cerrándolo, y lo coloca junto a él, cruza las manos.
Antes de responder a cada pregunta, hace silencio y cruza las manos.
En la pregunta Nº5, al decir lo que no le gusta de la juventud, separa sus manos y señala a su alrededor, además completa la pregunta diciendo cómo le gustaría que fuese la juventud.
En la pregunta Nº6, nuevamente señala a su alrededor, mostrando a los demás ancianos, también en esta respuesta dice algo acerca de la juventud.
En la pregunta Nº3, contesta muy seguro, y sin que se produzca silencio, como en los demás preguntas.
Tanto al hablar de él, como de los demás jubilados, hace notar que todos son jubilados.
Resistencias: Aparecen resistencias, especialmente en la forma breve de contestar sus preguntas, esto se hace más notorio en la pregunta Nº 2.
Edad: 80 años
Sexo: Masculino
Lugar: Plaza Aristóbulo del Valle, en el barrio de Villa del Parque. Es una zona de clase media.
Actitud del entrevistado: Sentado, solo en un banco de la plaza. Está en actitud pensativa, con la mirada perdida. A medida que me voy acercando, me mira, mientras bosteza y vuelve a mirar a lo lejos.
Cuestionario
Una vez que me presento de acuerdo a la consigna, le pregunto si desea contestarme unas preguntas. Responde: Bueno… sí… supongo que no será nada malo. Le pregunto si es mayor de 65 años y me responde levantando el índice y con gesto de orgullo: ¡Ochenta años y siete meses! ¡Soy del siglo pasado!
1) ¿En qué emplea Ud. Su tiempo?
“Hago algunos mandados, porque fatalmente hace tiempo que no puedo caminar mucho. No uso anteojos, como Ud. ve. Tengo oídos para disfrutar de la música. Mis manos no tiemblan (extiende una mano, mostrándome su firmeza). Pero si, ya no camino. Antes me gustaba caminar mucho… Ahora hago mandados. Compro el pan y la leche…
2) ¿Qué opina de las familias de esta época? ¿Por qué?
“El progreso ha traído grandes cosas, pero como dijo Russeau trajo grandes inconvenientes. Ahora la familia casi no existe. Salen los dos a trabajar y el chico no cría la abuela”.
“La mayoría de hijos de los abuelos que fueron obreros, quisieron instruirse y ahora prefieren pagar un sueldo a una muchacha o dejan al chico con la abuela y el chico se cría solo. Y tiene razón en hacer uso de ese título…
Hoy la mujer tiene mayor libertad que el hombre y mire esa contradicción. Antes vivía en la esclavitud. ¡Cómo se viste ahora! Se cortó el pelo, las trenzas. No podía venir a las nueve de la noche. Ha cambiado mucho la vida. Algunos pensadores dijieron que la familia tenía que desaparecer, que lo chicos debía formarlo la comuna. Yo no lo creí y sin embargo ya está siendo así, porque los chicos ya no son criados por la madre.”
A continuación, se desarrolla el siguiente diálogo:
-¿Qué estudia Ud., Arquitectura?
-No.
-¡Ah! Mi hijo si, y una vez me hizo preguntas parecidas. ¿Qué estudia Ud., Psicología?
-Sí, señor.
-A mi me ha interesado mucha la Psicología. Yo he leído un libro, (menciona el título) y fui a las conferencias del Dr…, ahora no recuerdo el nombre, que era director del hospital de Mercedes.
3) ¿Qué actividades le gustaría hacer? ¿Por qué?
Una vez formulada la pregunta, se queda un momento en silencio y empieza a repetirla dejándola inconclusa. Repito la pregunta. Responde: “Cuando era chico hubiera querido ser pintor, escultor. Iba a salones y admiraba las obras y estudié dibujo. Pero aunque uno tenga vocación, si no tiene aptitud… La música también, me gustaba la guitarra. (Me mira y me dice): ¡Ahora me va a tener que aguantar!”
Inmediatamente comienza a relatar sus frecuentes idas al Teatro Colón, en su juventud; las obras que vió, los buenos cantantes de la época, etc.
Se me hace difícil formular la pregunta siguiente porque habla sin pausas, con entusiasmo y además no me escucha.
4) ¿Qué es lo que más le gusta de la juventud? ¿Por qué?
“Pero… de cierto jóvenes. Los de Odol, por ejemplo, esa clase de c hico. Porque están aprovechando a su inteligencia en cosas sanas”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta de la juventud? ¿Por qué?
“El vicio, que se hace como moda. Ahora las mujeres fuman. Me pregunto por qué, si los padres y los abuelos no lo hicimos. Fuman porque las otras lo hacen, para no ser menos. Eso de la marihuana, los alcoholes…”
6) ¿Qué opina Ud. de la gente de su edad? ¿Por qué?
“Eso depende de la instrucción, de todo, cómo se ha cuidado, de la oportunidad. Por lo ambientes, de acuerdo al ambiente”.
Doy por concluida la entrevista, agradeciéndole. Me mira y con gesto de aprobación me dice: ¡Me aguantó! ¡Me aguantó!
Edad: No quiso decirla.
Sexo: Masculino.
Lugar: Plaza Los Andes. Clase media baja.
Actitud del entrevistado: Se encuentra leyendo el diario, sentado solo en un banco.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. su tiempo?
“Soy jubilado desde cincuenta y cinco. Trabajaba haciendo zapatos… trabajaba haciendo zapatos”.
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“No puedo opinar, yo vivo solo; desde que murieron mi papá y mi mamá. Vivo con un amigo, no puedo decir nada. Antes trabajaba haciendo zapatos”.
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“Cualquier cosita para pasar el tiempo. Yo soy jubilado, antes hacía zapatos todo el día”.
4) ¿Qué es lo que más le gusta de la juventud?
“No sé qué opinar”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta de la juventud?
“Me pone en un problema. No puede contestar”.
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“Están siempre igual, hacen cositas para pasar el tiempo.”
Análisis de las series comunicacionales
En un primer momento se sorprende ante mi presencia, pero cierra rápidamente el diario y acepta contestar a las preguntas.
Al preguntarle la edad no la quiere contestar y lo manifiesta con un gesto de negativa.
Habla con poca claridad, pronuncia las palabras todas juntas, con mucha velocidad. Repite frases, y emite algunos sonidos que no se pueden entender.
Cuando habla de los zapatos señala los suyos, levanta el pantalón para mostrarlo.
Acompaña lo que dice con continuos movimientos en las manos. Y me mira como tratando de corroborar mi entendimiento.
Repite varias veces su anterior actividad.
Cuando se niega, hace gesto negativo con la cabeza y mira para abajo.
La resistencia se evidencia, por ejemplo en la primera pregunta en la cual no responde cuál es su actividad actualmente, sino cuál era su actividad antes de jubilarse.
Sobre la familia no puede opinar, ya que él no tiene; se remite a su caso particular.
Antes las preguntas relacionadas con la juventud, la resistencia se acentúa, al punto de no poder emitir ninguna opinión, mostrando que se trata de un tema del que no puede hablar.
Edad: 66 años
Sexo: Femenino
Lugar: jardín Botánico. Barrio de clase media.
Actitud de la entrevistada: Sentada en un banco, cuidando un bebé. Bien vestida.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. su tiempo?
“Lo aprovecho todo. Trabajo en mi farmacia en mi casa. Porque yo soy de Entre Ríos y allá tengo una farmacia, aquí estoy para hacerme ver por un médico.”
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“Las muy jóvenes no me convencen, por la poca experiencia que tienen, ninguna experiencia de ninguna clase”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“Lo que yo siempre quise hacer, es cocinar bien, eso me gustaría hacer si tuviera tiempo”.
4) ¿Qué es lo más le gusta de la juventud?
“Bueno…, lo que más, más, la franqueza y la alegría”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta la juventud?
“Que quieren saber mucho siendo tan jóvenes”.
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“Que todos somos unos estúpidos, hemos vivido sólo para trabajar”.
Análisis de las series comunicacionales
Auditiva paralingüística: timbre muy agudo, tonada del interior, tono de voz muy alto, no hay silencios.
No auditivas para-lingüísticas: se acomodaba los lentes constantemente, mientras mirada al chico, meneaba la cabeza y se reía, especialmente con la última pregunta.
La pregunta más resistida fue la número 4.
Edad: 68 años
Sexo: Masculino
Lugar: jardín Botánico. Barrio de clase media.
Actitud del entrevistado: Esposo de la entrevistada anterior. Se acerca con un chico de la mano y la mujer le pregunta si no quiere que yo le haga unas preguntas para una encuesta; él se dirige a mí y me pregunta de que se trata; mientras la mujer se queda con los chicos, nosotros nos sentamos en un banco enfrente a ella.
Cuestionario
1) ¿En que emplea usted su tiempo?
“trabajando en la farmacia, llevo las cuentas”
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? Por qué?
“pienso que no son tan unidas, tan familiares como las antiguas de mi época. Cada uno va por su lado”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? Por qué?
“nada. Porque estoy cansado”
4) ¿Qué es lo que más le gusta de la juventud?
“No se. Aprovechan mas el tiempo para divertirse que nosotros”
5) ¿qué es lo que menos le gusta de la juventud?
“que desapareció el respeto por los mayores, y hasta por los padres y profesores”
6) ¿qué opina de la gente de su edad?
“no sé qué contestarte”
Análisis de las series comunicacionales
Auditiva para-lingüística: timbre ronco, con tonada del interior, tono de voz baji, silencioso al comenzar las respuestas.
No auditiva para-lingüística: su actitud es distraída, está constantemente observando el juego del chico mayor que el había estado paseando antes.
La pregunta más resistida fue la número 6.
*
Edad: 68 años
Sexo: Masculino.
Lugar: jardín Botánico. Barrio de clase media.
Actitud del entrevistado: había estado charlando animadamente con otro hombre; cuando este se fue, me acerque, le dije la consigna y respondió que no tenía ningún problema.
Cuestionario
1) ¿En que emplea usted su tiempo?
“me gusta arreglar el jardín y jugar con mis nietos”
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? Por qué?
“Y que quiere que le diga. Que tienen problemas como en todas las épocas. Antes los líos estaban y se tapaban. Ahora explotan”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? Por qué?
“Viajar. Me gustaría tener plata para poder viajar”
4) ¿Qué es lo que más le gusta de la juventud?
“me gusta porque dicen lo que piensan”
5) ¿qué es lo que menos le gusta de la juventud?
“A veces quieren las cosas demasiado rápido… pero eso no es malo… quiero decir, que tienen que insistir más en lo que quieren, tendrían que ser mas perseverantes en eso”
6) ¿qué opina de la gente de su edad?
“A esta edad las cosas empiezan a depender mucho de la salud. Yo me siento muy bien. Aunque tuve algún ataque. Algunos ya están bastante mal y más adelante peor. También depende de la situación económica. Como puede estar bien un hombre con estas jubilaciones? Y más cuando se es más viejo. La mía por suerte está bastante buena. Pero no depende solo de eso. Algunos se jubilan o dejan de trabajar en algo y andan peor. Yo en cambio no. Ahora quiero estar tranquilo. mis hijos dicen que desde que me jubile cambie para mejor..”
Análisis de las series comunicacionales
Auditiva para-lingüística: timbre grave, tono de voz fuerte. Habla fluidamente con bastante rapidez. Pocos silencios.
No auditiva para-lingüística: acompañaba su conversación con gestos (rostro y manos)
La pregunta más resistida fue la número 5.
*
Edad: 68 años
Sexo: Femenino.
Lugar: jardín Botánico. Barrio de clase media.
Actitud del entrevistado: sentada en un banco. Mirando
Cuestionario
1) ¿En que emplea usted su tiempo?
“Los quehaceres de mi casa”
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? Por qué?
“la mía… es barbará, buena. Porque nos queremos”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? Por qué?
“A veces pienso que me gustaría vender algo”
4) ¿Que es lo que más le gusta de la juventud?
“¿La juventud?... bueno, linda, más sana… yo tengo dos nietos y hablo por ellos… son más o menos como vos, estudian medicina”
5) ¿Que es lo que menos le gusta de la juventud?
“A veces demasiada libertad. Eso hacen que se pierdan un poco”
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“Uno viene vieja y vale menos en la vida. Bueno, tal vez parezca mucho esto, pero es así. Sabe? Al menos ahora estoy un poco mejor, antes estaba muy deprimida. Ahora estoy con psiquiatra.”
Análisis de las series comunicacionales
Auditiva para-lingüística: timbre de voz muy suave, tono de voz bajo, muchos silencios.
No auditiva para-lingüística: a veces su vista se perdía, luego volvía la vista hacia mí, todos sus gestos eran lentos y tranquilos.
La pregunta que causo mayor resistencia fue la número 6. En esa respuesta comenzó tratarme de usted (divergencias).
*
Edad: 72 años
Sexo: Femenino.
Lugar: jardín Botánico. Barrio de clase media.
Actitud del entrevistado: mientras la entrevistadora se encontraba escribiendo algunas notas sentada en un banco, se sentó, la sujeto a su lado le pregunto si estaba estudiando. Luego de explicarle la primera situación y de darle la consigna la sujeta respondió que todo dependía del tipo de preguntas que se le hicieran.
Cuestionario
1) En que emplea usted su tiempo?
“trabajos de la casa”
2) Qué opina de la familia de esta época? Por qué?
“no puedo opinar porque no quiero, no puedo”
3) Qué actividad le gustaría realizar? Por qué?
“ninguna, no se… a esta edad”
4) Que es lo que más le gusta de la juventud?
“según la juventud, me gusta que sean estudiosos y buenos”
5) Que es lo que menos le gusta de la juventud?
“la libertad que tienen ahora. Por que? Porque no es bueno tener esa libertad”
6) Qué opina de la gente de su edad?
“que estamos todos mal. No hay jubilación que alcance. Nos olvidan. Nos usan y nos tiran”.
Análisis de las series comunicacionales
Auditiva para-lingüística: al presentarse a la entrevistadora su tono de voz era alto, pero bajo durante todo el trascurso de la entrevista; hubo un silencio muy largo entre la primera respuesta de la pregunta numero 3 y la segunda contestación.
No auditiva para- lingüística: luego de su primera actitud sonriente al presentarse, comenzó a mirar de reojo lo que la entrevistadora escribía, mientras que sentada al borde del banco apretaba bastante fuertemente un monedero.
*
Edad: 71 años
Sexo: masculino
Lugar: jardín botánico. Barrio de clase media.
Actitud del entrevistado: se encontraba contemplando.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. su tiempo?
“Mirando las cosas que me interesan. Es una forma de trabajar, sin trabajar. ,e interesa el amor entre la gente, no un amor demagógico. Hace falta comprensión y responsabilidad.” Largo monólogo sobre la inflación, la juventud y la necesariedad de una dictadura). La inflación es como la guerra: el que gana una gallina pierde una casa.
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“Hay falta de responsabilidad, se dan pasos en falso en que se perjudican a los hijos. No hay nada sin sacrificio. Para dar un ejemplo a los hijos, adaptarse y someterse uno al otro. No basta que los padres sean buenos, lo que importa es lo que pueden decirle a sus hijos. De a poco se toma como natural el descontrol del hogar, a la familia hay que formarla. Es que nos están explotando. Así es difícil el entendimiento y el amor. Yo buscaría a los psicólogos y sociólogos para ver cómo funcionan sus hogares y el matrimonio. Una cosa es la teoría y otra la práctica. No sé qué está pasando.”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“no teniendo mucha necesidad debe caminar, observar. Porque debe estar en actividad, para no morir en vida.”.
4) ¿Qué es lo más le gusta de la juventud?
“Me gustaría que supieran dialogar. En el dialogo esta todo.”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta la juventud?
“La juventud no está preparada, ni educada, hay cosas que no da el estudio. La juventud no tiene la culpa, las madres son las responsables. Las madres le quieren dar todo y ahí no se los ubica, así no se les da derechos ni responsabilidades. Si la madre lo hace todo, luego los hijos no saben que hacer. Hay que empezar por cada uno, la juventud es como una villa miseria”.
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“han vivido otros tiempos. Sin ser viciosos no han podido hacer mucho. No ha habido leyes sociales para valorar lo bueno. No se los ha compensado. A muchos les falto ambición. ¿Si se guarda un peso para el día de mañana y se muere? Para ser feliz hay que sacrificarse. La juventud quiere vivir los créditos y no quiere sacrificarse. No entiendo la justicia. Cuando hay algo q los favorece es justo. ”.
Análisis de las series comunicacionales
La voz del entrevistado era clara y agresiva. Se movió poco, a veces tomaba con una mano su mentón y sobre el final de la entrevista apoyo un pie en el banco. Su gestualidad acompaño armónicamente su discurso. Hubo cierta insistencia y reiteración en los temas de la no culpabilidad de la juventud y la culpa de las madres, en la falta de sacrificio de muchas personas y en la falta de justicia y recompensa social.
En la pregunta 3 transformo en su respuesta la primera persona en tercera persona (debe caminar, observar, etc)
En algunos momentos sus respuestas se alejaban de lo requerido, pero diciendo con cierta claridad cosas interesantes. Cosa que lo acerco a lo requerido
En la pregunta 4, se le pregunto por lo que le gusta y contesto por lo que le gustaría (desiderativo) por lo tanto contesto lo que le gusta (dialogar).
La respuesta donde apareció el mayor grado de resistencia fue la referida a las actividades que le gustaría hacer. Primero no supo que contestar y finalmente contesto en tercera persona.
*
Edad: 75 años
Sexo: Femenino
Lugar: Plaza Italia. Barrio de clase popular.
Actitud del entrevistado: estaba sentada contemplando y me dijo si era para ver “si éramos dementes los ancianos”
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. su tiempo?
“las labores de mi casa hace 5 años que no tengo actividad. Los años me piden descanso, he luchado mucho y he tenido trabajos sanos.
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“los años cambiaron mucho. Los míos son muy correctos. Mi hijo es recibido de bachiller en el Bs As. Toda mi familia es muy buena. No tengo nada que decir de malo, son todas buenas. Mis hijos son buenos, no son de los que se van. Son de los que trabajan, estudian, mi hijo con medallas. Gracias a dios.”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“yo he trabajado mucho en terminaciones de ropa. Me gustaría atender chiquitos. Si no será por el reuma no será perezosa. Las criaturas me han gustado siempre, las mías y las ajenas...”.
4) ¿Qué es lo más le gusta de la juventud?
“Me gusta que hagan una vida sana porque es correcto. No sé si estoy equivocada. No puedo dar una opinión porque en mi casa los jóvenes no tienen libertad, que no sean deschavetados. En realidad yo solo veo mis hijos. Tengo nietos, me gusta que se vean con amigos en cumpleaños. Son todos sanos y se educaron en colegios religiosos. Son todos educados.”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta la juventud?
“y hay tantas cosas y uno que sabe lo que hacen, nunca me toco luchar con la juventud, mis hijos me tocaron buenos, mi hijo principalmente. Uno no las ve, propiamente soy una señora que no me veo con gente. No sé si era buena mi juventud o la de ahora. La veo distinta. A mí no me toco esta juventud, mis nitos tienen la misma educación que mis hijos.”.
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“Que estamos todos mal. Porque esta la vida cara; entre enfermedades y todo la vamos tirando. Nuestros hijos tienen para sus hijos es así la vida. ¿Y los que no tienen hijos? Setenta y cinco no es un día. Estamos en un camino más apretado, padecemos no solo por la comida y el alquiler, ahora los remedios. Antes éramos más jóvenes. Eso sí, corrija si está mal, sino le doy una corrida yo.
Análisis de las series comunicacionales
Su voz era clara y estaba un poco inquieta.
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Edad: 67 años
Sexo: Femenino
Lugar: Jardín botánico. Barrio de clase media.
Actitud del entrevistado: se encontraba caminando y me dijo que estuvo varias veces internada, que la habían hecho muchas encuestas y que estaba un poco cansada por la falta de devolución.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. su tiempo?
“hacer las cosas de la casa, cuando termino salgo o descanso. No me entretiene coser, ni ese tipo de labores.
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“las familias viven muy bien, no hemos sabido aprovechar como ellos. Los padres viven más a la par de los hijos.”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“me gusta el trabajo de afuera y no el de adentro de la casa. Me gusta andar afuera, caminar.”.
4) ¿Qué es lo más le gusta de la juventud?
“Lo que más me gusta de la juventud es que son alegres, cualquier cosa les divierte. Antes era todo más moderado. La vida es más sencilla.”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta la juventud?
“y lo que menos me gusta, y no le podría decir. Viven su vida. Algunos no son afectos al hogar, parece que no encuentran en su casa entendimiento, cariño, y se sienten disminuidos.”.
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“la gente de mi edad es mucho más joven que antes. Hace 15 años en la cola de jubilación, había gente mucho menos conservada que ahora.
Análisis de las series comunicacionales
La voz de la entrevistada era débil. Su gestualidad, tranquila e inmóvil.
Me comento de varias enfermedades que tuvo, algunas al borde de la muerte.
Todo lo comento con un tono tranquilo. Reitero que le gusta descansar. En sus respuestas, en especial la quinta y la sexta se da una correspondencia entre su presencia y lo que dice (poco y pausadamente)
La mayor resistencia fue puesta sobre lo que no le gusta de la juventud.
*
Edad: 68 años
Sexo: Femenino
Lugar: Plaza Italia. Barrio de clase popular.
Actitud del entrevistado: se encontraba mirando un perro con mirada triste.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. su tiempo?
“coser, hacer labores, salir, me gusta lo verde, todo lo que sea costura, hago flores y cuido de mi esposo enfermo. La enfermedad me está atrasando
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“la familia de hoy y la de antes es lo mismo. Si antes había gente buena y mala ahora también la hay. Si antes las mujeres se sacaban al marido ahora también (me conto historias de muertos y de separaciones) antes era como hoy.”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“divertirme con los chicos y los perritos. Ellos son iguales que nosotros, no son peores. Como me gusta coser! Si me llamaran de ALPI yo lo haría gratis, por amor a Dios.”.
4) ¿Qué es lo más le gusta de la juventud?
“me gusta que la juventud se divierta, que estudie y que trabaje, que paseen. Porque la vida es una sola. Que se hagan respetar y respeten”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta la juventud?
“cuando no hacen todo lo que me gusta”.
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“que podría yo opinar? No puedo contestarle esa pregunta porque no me doy cuenta. Me imagino que deben ser como yo.
Análisis de las series comunicacionales
La entrevistada tenía una voz débil y estaba muy inquieta. Insistió con que antes todo era peor y tuvo recuerdos de la semana trágica, su familia, la infidelidad siempre fue igual.
Una tendencia constante a remitir las respuestas a recuerdos familiares.
En la sexta pregunta la respuesta de la entrevistada es de una profunda negación de cuál es su propia situación.
La mayor resistencia fue puesta en la respuesta de la pregunta sobre lo que no le gusta de la juventud. Evadió la respuesta.
*
Edad: 77 años
Sexo: Masculino
Lugar: Plaza Italia. Barrio de clase popular.
Actitud del entrevistado: se encontraba leyendo historia de la literatura española.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. su tiempo?
“(señalando el libro) lo empleo leyendo libros filosóficos, porque siempre tenemos mucho que aprender. Converso con alguna persona mayor, hoy se habla de los jubilados, voy a las plazas, paseo”
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“las familias no están bien organizadas. Se cree que la juventud es la culpable de cierta desmoralización. Falta respeto reciproco. Mi maestro nos enseñaba que cuando veíamos un viejo debíamos sacarnos el sombrero y besarle las manos.”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“me gustaría dedicarme al comercio, creo que es una actividad noble. Porque he respetado al público. Mi ambición era adquirir conocimiento y saber pero ahora ya no vale la pena.”.
4) ¿Qué es lo más le gusta de la juventud?
“que tenga ambiciones por progresar e instruirse bien. Porque las ideas que se adquieren de joven dominan toda la vida.”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta la juventud?
“No me gusta la falta de respeto. Pero no se la atribuyo a ellos, sino a los que los han precedido. En realidad los admiro como cuando tiene una inquietud como usted.”
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“comprendo que a pesar de tener una edad avanzada, la vida nos ha enseñado algo que no puede saber la juventud actualmente. Tienen un concepto de lo pasado no real, entiendo que el pasado siempre ha sido igual. Porque a medida que pasa la vida, la vida es una escuela. Depende de lo que cada uno haya podido asimilar.
Análisis de las series comunicacionales
Su voz era muy suave y baja. En algunos momentos le tuve que repetir alguna pregunta para volver a escucharlo. Su actitud corporal era tranquila y su mirada perdida en otro lugar.
En cierto momento recordó que estaba solo, a raíz de la pregunta 1 y lloro un poco. Dijo que antes cuando vivía con la difunta, estaba mejor.
Aparece una constante remisión al pasado y una confusión del pasado y el presente.
En muchos momentos se alejaba de lo que preguntaba.
La respuesta donde se presento mayor resistencia fue en la referida a lo que no le gustaba de la juventud. Tardo en responder y dijo no atribuirle culpas a nadie.
*
Edad: 78
Sexo: Masculino
Lugar: Plaza Once.
Actitud del entrevistado: El encuestado se hallaba leyendo cuando llegue. Vestía pantalón marrón con una camisa blanca. Me presente de acuerdo a la consigna. De las primeras palabras surgió que no es un personaje habitual en la plaza. Me pregunto si serian preguntas muy largo aclarándome que estaba apurado. Le pregunte cuanto tiempo y me dijo que una hora.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. su tiempo?
“prácticamente no tengo tiempo libre. Trabajo en una empresa de prendas de vestir controlando empaques. A la mañana hago las compras para la casa y entre que leo el diario y me baño, me visto, me afeito, se me pasa la mañana. A la noche cuando llego ceno, trabajo de 13 a 19 y no me fusta almorzar porque me da sueño. Miro televisión, charlo un rato con mi mujer. Ya veces esta mi hijo. Me gusta leer en la cama. Los sábados y los domingos me levanto tarde. Mitro televisión. Me aburro un poco. Los domingos vienen los hijos.”
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“Que ha cambiado mucho, que muchas cosas han sido para bien y otras no. La familia se limita al matrimonio y los hijos. Antes teníamos noción de la familia como clan. Esta sociedad industrial ha destruido y destruirá mas la familia”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“me gustaría mucho viajar, ir al cine, al teatro, pero a Nita no le gusta salir. Solo puedo mirar televisión (ríe).”.
4) ¿Qué es lo más le gusta de la juventud?
“que vive condiciones distintas a la nuestra y es por eso muy distinta. En la otra pregunta me va a decir que es lo que menos me gusta. Lo que más me gusta es que se preocupan más en política. En nuestro tiempo los que lo hacíamos éramos los menos.”.
5) ¿Qué es lo que menos le gusta la juventud?
“que creen que lo saben todo. Bueno, no es eso, en realidad, lo que no me gusta, sino que creen que no sabemos nada.”
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“la sociedad es muy cruel con la gente mayor. A mi me obligaron a jubilarme en la época de Frondizi. Vivir en Bs. As. Resulta difícil yo soy muy fuerte, toda mi familia tiene esa característica. Que asi me arreglo.”
Análisis de las series comunicacionales
Su tono de voz era un poco alto (el encuestado es sordo)
Su lenguaje era fluido. Se expresaba claramente. No hace casi gestos pero se pone y se saca los anteojos.
La pregunta donde se expreso con mayor resistencia: la pregunta con respecto al tiempo libre.
*
Edad: 89 años
Sexo: Femenino
Lugar: El cuestionario fue realizado en plaza San Martín, y podemos inferir debido a su tradición y ubicación que las personas que allí se encuentran pertenecen a clase media.
Actitud entrevistada: está sentada en un banco conversando con otras mujeres mayores. Me acerco a ellas digo la consigna y pregunto cuál de ellas se quiere prestar a la encuesta. La aparentemente más joven se ofrece. Me siento en el mismo banco pues no queda otro libre. Antes de comenzar el cuestionario me pregunta para que universidad, respondo de Buenos Aires, vuelve a pregunta –sí, pero para que facultad- contesto psicología, no hace comentarios.
Cuestionario
1) ¿En qué emplea Ud. su tiempo?
En la música, soy profesora de piano, lo hago por gusto, fui profesora pero ahora no necesito trabajar, hago música de cámara con amigos” (su tono de voz es tranquilo a pesar de que sus manos se mueven nerviosas sobre su cartera, en su cara se dibuja una sonrisa que se mantiene toda la encuesta).
2) ¿Qué opina de la familia de esta época? ¿Por qué?
“Es muy importante la familia, no debe estar separada, tiene que estar juntos… (Vacila) si la familia está en desacuerdo deben separarse… (Silencio).”
3) ¿Qué actividad le gustaría realizar? ¿Por qué?
“ser interprete si vienen turistas, hablo perfectamente alemán, ya que soy alemana y escape de la guerra de los nazis, soy judía, vine aquí como novia..(Cambia su postura, tiene en su voz un tono de nostalgia, interviene la otra anciana preguntando si se siente con fuerza y con ganas de ser interprete, ella contesta porque no? Pero esta muy nerviosa, continúa hablando del mundial 78. Interrumpo para hacer la siguiente pregunta).”.
4) ¿Qué es lo más le gusta de la juventud?
“que son estudiosos y decentes y que viven su vida, con un gran porcentaje de decencia, no me gusta que se hagan el amor en vista de otros, así en la plaza o en la calle, amor es una cosa interna.” (En esta pregunta se hace evidente su fuerte acento alemán, a tal punto que no habla con la corrección de las anteriores)
5) ¿Qué es lo que menos le gusta la juventud?
“que puedo decir; yo también fui joven y tenía mucha libertad, iba a bailes de mascaras y de clubes a buscar novio… (Se pone más nerviosa) van a lugares juveniles, agrupaciones religiosas, tengo dos nietos, uno de 12 años y ya se encuentra con chicas, va al cine no sé, no me parece a esa edad… es otra época.”
6) ¿Qué opina de la gente de su edad?
“es muy diferente, cada uno tiene otro hobbies, la mayoría de la gente de mi educación juegan cartas, cada uno mata el tiempo como puede, yo soy una mujer que tengo casa afuera y es un privilegio que no tiene la gente, tengo casa en mar del plata y paso toda la temporada allí, hay poco tiempo para disfrutar.
Análisis de las series comunicacionales
Auditiva lingüística: contesta a todas las preguntas.
Auditiva paralingüística: el tono de voz es suave y mesurado, tiene acento alemán que en algunas preguntas se hace más evidente, hay algunas pausas.
No auditiva para lingüística: noto por sus manos que está muy nerviosa, su actitud es amable, su rostro tiene una semisonrisa que se mantiene toda la encuesta.
Observación: De todas las entrevistas realizadas, recuerdo aún a la fecha la que se le efectuó a un Señor llamado Mendieta que resultó ser peón rural durante toda una vida.
El fue el único que dijo que
“Si Dios me lleva a su seno, me iré en paz, porque he podido realizar todo aquello que me propuse en la vida y he sido feliz.
Este sería hablando en términos post junnguianos el único arquetipo del Bufón encontrado, es decir aquel que adquiere el insight de entender parcialmente su sentido de vida y reírse de los errores cometidos que le permitieron aprender
***
BIBLIOGRAFIA:
Edgar Herzog: “Psiquis y muerte”, 1964, Bs As, Libros del mirasol.
John Lewia-Bernard Towers: “Mono desnudo u homo sapiens” Plaza Janes ed.
Morris Desmond: “El mono desnudo” Plaza Janes ed.
H. Ey, P. Bernard, Ch. Brisset: “tratado de psiquiatria”
Ackerman: “Diagnostico y tratamiento”
Adler. A: “la ciencia de vivir”
Adler. A:”Estudio sobre la inferioridad de los órganos y sus compensaciones psíquicas”
Mayer Gross: “psiquiatría Clinica” Paidos
Singberg N.E & Kaufman L: “La psicología normal de vejez”
S. Levin y R. Kahana: “Los procesos psicológicos del envejecimiento”
Menzies, Jacques: “los sistemas sociales como defensa contra la ansiedad”
Jung C.G: “Arquetipos e inconciente colectivo”
Freud Anna: “El yo y los mecanismos de defensa (cap. 11 y 12)
“Entrevista al senil normal”
Uno de los objetos de estudio del presente trabajo en el análisis del presente trabajo es el análisis de respuestas típicas dadas tanto por el adolescente, el adulto y el senil, a las entrevistas, contemplando un proceso evolutivo y marcando predominantemente las de este último período.
La problemática fundamental que el senil plantea, puede incluirse en los siguientes ítems:
NO QUEDAR INVÁLIDO:
Se manifiesta el GRAN temor a la dependencia producido por la invalidez.
NO PERDER LOS HIJOS:
El sentido de continuidad que da la procreación son los hijos y los nietos que pasan a formar parte del concepto propio de sí mismo; se evidencia aquí, el TEMOR A LA
PÉRDIDA DEL ROL PARENTAL.
En nuestra sociedad, que no es de tipo patriarcal, el anciano se ve imposibilitado de ejercer su papel de “dador” o protector con los hijos o con los nietos.
NO SUFRIR AL MORIR:
Surge la concientización de la muerte en el individuo.
Este tema, invade al individuo con todos los temores inherentes como una realidad irreversible frente a los cuales el gerente, adopta una consecución de mecanismos defensivos destinados a disminuir la ansiedad provocada.
En el adolescente, de acuerdo con Erickson, la tarea fundamental será la de afirmar su identidad; construir su Yo, de donde surge el acento teleológico estará puesto en lo centrípeto.
En el senil, nuevamente encontraremos este proceso que he llamado centrípeto, el hecho de no hacer referencia al mundo externo, al futuro, puesto que allí es donde radica la problemática aparentemente insoluble: la Muerte, originará una reversión a lo centrípeto.
De ninguna manera cabrá identificar en estas dos etapas evolutivas un mismo proceso de inicio.
Con respecto al tema FUTURO, éste es sentido por el adolescente de forma lejana ya sea objetiva como vivencialmente puesto que carece de interés concreto dado que la tarea a cumplir es inmediata.
En el adulto, que es ejecutor y dador, el futuro estará más cercano tanto a nivel vivencial como objetivo y por último en el senil el futuro esta cercano, objetiva pero no vivencialmente puesto que lo que está acentuado es que el anciano vive en el pasado. El futuro en el geronte, representa la muerte y las incapacidades físicas.
Entonces, en el adolescente hay un alejamiento vivencial del futuro que se da de forma análoga en el senil. En los dos existe un alejamiento vivencial.
Advertimos sobre este punto que, pueden aparecer grandes paradojas en la entrevista al senil y la realizada al adolescente, puesto que, si bien las formas de comportamiento son semejantes, surgen inmediatamente de un análisis que el contenido obedece a necesidades completamente DISTINTAS.
Concluimos afirmando el hecho de que no es dable establecer concordancia ni divergencias implicadas en uno u otro período, puesto que debe ser característica fundamental del entrevistador el centrarse en las facetas inherentes a cada período del proceso evolutivo.
LOS DUELOS EN EL ADOLESCENTE Y EL GERONTE
Según A. Aberastury, el adolescente recorre tres:
1) Por el cuerpo infantil
2) Por los padres de la infancia
3) Por su identidad infantil.
Es decir que tiene que renunciar a su dependencia y asumir la responsabilidad total de lo que implica ser un adulto. Esto se puede acompañar por todo un proceso psicodinámico que va con todo duelo normal aunque en el adolescente hay períodos en los que se pasa por la psicodinamia de un duelo patológico.
Un sentimiento de depresión esta provocado por la pérdida de un objeto y por el logro de la ambivalencia. Cuando se da una negación de la pérdida, por ejemplo de los objetos, entraremos en un duelo de características patológicas, que puede tomar la forma de la manía o la melancolía.
En el senil, indicaremos cuatro duelos:
1) El duelo por su cuerpo:
Luego de haberse asumido en su cuerpo de adulto, el anciano debe empezar a asumir la pérdida de su cuerpo enfatizado esta vez, con toda su potencialidad.
Como mecanismo defensivo a nivel patológico surge típicamente la despersonalización. Esto es la carga catexial que reciben ciertos miembros corporales (interoceptivos) (pulmón, corazón, etc).
Con este mecanismo se logrará, en el mejor de los casos un mediano desgaste energético, en sentido económico.
En la práctica se verifica por ejemplo de la siguiente forma.
“Estas piernas se niegan a andar”. “El corazón que funciona mas”, etc…
La identidad también surge cambios íntimamente relacionados al esquema corporal y el rol del geronte.
2) El duelo por su rol:
Este es un rol de corte y tipo paternalista, asumido generalmente por el progenitor masculino.
Su mecanismo defensivo, siempre a nivel patológico, se dará en el desplazamiento del objeto fin.
En este caso el objeto de ser incluido dentro de un papel paternalista, deja de cumplir su función como tal debiendo ser reemplazado por otro.
Es el ejemplo típico del senil con hijos casados a quien se le priva frecuentemente de la compañía de sus nietos o, al menos del cumplimiento a dedicarse con atención creciente al que hemos denominado objeto substituto y que podría ser tanto una mascota como otro geronte más descompensado ya sea a nivel psíquico y/o neurológico. Este último objeto substituto es característico del geronte en situación asilatoria, así como el mecanismo defensivo en general.
Aclaramos que en este trabajo nos dedicaremos a profundizar la situación del geronte que se desempeña en un rol familiar, son situaciones especiales las de geronte-asi-lado, abandonico o sin familia que merecen un estudio especial.
3) El duelo por el rol social:
Se encuentra ligado al anterior. Aquí interviene la sociedad que no acepta o, al menos no asume el hecho de que el anciano pueda ser consejero, que eso sería lo positivo en alguna medida, y lo margina de su activa, impulsando regresivamente a su pasado en lugar de aceptarlo en el momento presente para que así pueda ser proyectado normalmente en el futuro.
4) Duelo por la pérdida de relaciones objetales-decatetización
El anciano sufre la pérdida de objeto catectizados, cargados libidinalmente; esto genera una decactetización que a menudo suele llevar a estados depresivos más o menos permanentes.
La defensa patológica en este duelo será la negación maníaca, el aislamiento (retiro de la carga afectiva del concepto o la instalación en un estado melancólico).
Las pérdidas concretas en este cuadro pasarán a ser las de los parientes, especialmente el cónyuge, especialmente si fue constituída una pareja que no se ayudo a evolucionar, también figuran la pérdida de amigos de edad avanzada, que acrecienta la incertidumbre del senil con respecto a si mismo y también la pérdida del rol laboral y económico acrecentada por la jubilación, esta última, en el mejor de los casos puede implicar la entrada al tiempo libre y, especialmente a la soledad, al ser separado de su ambiente laboral.
El geronte podrá actuar patológicamente negando desde la muerte de sus seres queridos hasta su nueva pertenencia a la denominada “clave pasiva”.
Noyes escribe que la sensibilidad se caracteriza por una disminución de la capacidad física, de aumento de los trastornos mentales, debido a la disminución de las funciones de las glándulas endócrinas o de otras tales como las de la reproducción, y de otros cambios evolutivos.
El ambiente también está acelerando o puede llegar a acelerar este tipo de involución.
Mi planteo será: poner especial atención en la influencia del ambiente y de los conflictos emocionales que movilizan la mayor incapacidad que pueda llegar a tener el aciano físicamente; tomando como prámetro el hecho de que, al resolverse positivamente lo recién expuesto tendremos una senilidad “normal”.
Acorde con C.G. Jung, ya en la mitad de la vida, el individuo tiene que ir preparándose para la vejez, no solo a nivel físico sino también emocional. Por su consiguiente, en un proceso de prevención primaria, según Kaplan, se debería establecer esta premisa como básica, efectuando una resocialización, es decir, desde el punto de visita dinámico efectuar una recactectización de los objetos.
Los profesionales que trabajan con seniles, deberán reveer su propia actitud frente a la ancianidad puesto que, de otra manera muchos problemas de transferencia o presunta incapacidad del geronte, pueden tener su origen en cuestiones contratransferenciales.
Algunos factores que apuntan a la problemática contratransferencial en la entrevista al senil normal se encuentran a continuación citados:
1) La no aceptación de la propia vejez por parte del entrevistador.
2) La no aceptación de la propia muerte. Identificación en el futuro.
3) Las experiencias negativas sufridas con propios familiares.
4) La ansiedad que puede provocar el tener que pasar por las mismas experiencias que se confrontan.
5) La identificación del “otro” con uno mismo.
6) La identificación del entrevistado con personas allegadas al entrevistador, ya sea por características físicas, psíquicas o situacionales.
7) La necesidad de trabajar en la entrevista con un encuadre lábil o flotante.
8) La falta de encuadre o, el abuso del mismo.
9) El desconocimiento de las funciones perceptuales del senil entrevistado.
1 El desconocimiento del funcionamiento de enfermedades y/o procesos de deterioro propios de la vejez.
EL ESPACIO
Como parte constituyente del encuadre, consideraremos el problema del espacio.
Siempre será preferible el manejarse con un marco conocido por el sujeto a entrevistar.
No es conveniente realizar la entrevista en el gabinete puesto que hemos verificado una gran ansiedad despertada por el cambio territorial.
El “temor a la pérdida y al ataque” descripto por E. Pichon Rivière, es valorizado sumamente por el senil.
De tratarse de una entrevista en situación, como por ejemplo en un Asilo, Clínica u Hogar Geriátrico, será conveniente la movilización del entrevistador hacia el punto
geográfico habitual del anciano.
En todos los casos, la entrevistada será más fructífera, cumpliendo
esta regla, enunciada y corroborada prácticamente.
EL TIEMPO
El manejo del tiempo es sumamente importante, puesto que éste deberá adecuarse a las necesidades del sujeto entrevistado. En este sentido las experiencias realizadas demostraron la inutilidad de manejo de un encuadre rígido en cuanto a la temporalidad.
El tiempo deberá ser FLUCTUANTE, o podrá serlo – más lo importante será la CONTINUIDAD de las entrevistas.
El hecho de espaciar las mismas, indefectiblemente llevará al geronte a la pérdida de los objetos reales, en este caso el entrevistador, haciéndolo entrar en el cuarto duelo senil ya mencionado y , por último fomentando en él una concepción abandónica de la situación y la inutilidad de sus esfuerzos por efectuar una transferencia positiva.
EL MATERIAL
Será conveniente, en los casos en que sea posible, la previa aclaración de lo que se efectuará y con qué fines.
En el caso de la entrevista libre, el encuadre del profesional será más lábil aún, puesto que, nuevamente la práctica indica que resulta más fructífera una conversación igualitaria con el entrevistado que una jerárquica. En este caso será conveniente aclarar el papel del entrevistador previamente, a fin de evitar en las seniles confusiones en cuanto a la representatividad del interlocutor. Por otra parte, siguiendo esta técnica se creará un sutil límite que el anciano rara vez dejará de percibir.
Globalmente, lo antes expuesto será susceptible de ser utilizado en el caso de una entrevista pautada. Fundamentalmente en ésta, el límite se hallará previamente puesto en el determinado tipo de preguntas a efectuar.
En el caso del empleo de baterías de test, se tendrá en cuenta lo antes expuesto en el ítem tiempo, y, en el caso en que sea posible, las indicaciones realizadas con respecto al espacio.
De trabajar con pruebas psicométricas en las cuales el tiempo y el espacio son fundamentales y, en algunos casos factor de evaluación, será necesario tener en cuenta que el tiempo que el senil requiera, será diferente del tabulado mientras que el espacio requerido para la toma, deberá requerir luz, aire y comodidad suficiente y, en el caso de ser realizado a otro geronte, se deberá respetar el mismo ambiente con el fin de limitar en lo posible la injerencia de factores externos.
En el caso de los Test Proyectivos, se respetarán las mismas reglas prácticas, con el añadido de la previa aclaración de lo que se efectuará y su por qué.
En ambos casos, conjuntamente con la entrevista, es necesario respetar
el timing del paciente, generalmente más lento.
LA FORMA
Con respecto a la serie paralingüística auditiva, veremos que el tiempo será pausado, de lentificación. Por otra parte en la serie auditiva lingüística es probable encontrar problemas de bradilalia (extremada lentitud en la emisión de palabras), patológicamente encontraremos Afasias y Disartrias.
Será necesario un profundo conocimiento de la historicidad del senil entrevistado, para determinar supuestos problemas de atencionalidad o interés y verdaderos problemas neurológicos.
Con respecto a la serie no auditiva, puede suceder que el geronte se maneje con contactos a nivel corporal que actúan equivalentemente a un lenguaje analógico.
Será importante entonces, efectuar las preguntas de forma clara y
comprensible y darle tanta importancia a lo verbal como a lo no verbal.
EL ENCUADRE
Nuevamente insistimos en este punto sobre la casi obligatoriedad del empleo de
un “encuadre flotante” pues justamente para el senil sería el estar preparado
para la movilización dentro del encuadre, porque a pesar de tener nuestras
normal fijas no es dable esperar que estas sean en todos los casos respetadas
por el senil.
LA DEVOLUCIÓN:
Será conveniente el efectuar “microdevoluciones” esto apunta a favorecer la continuidad de la entrevista, puesto que es dable de esperar que el senil se desvíe frecuentemente de la temática de la conversación. Por otra parte esta microdevolución actuaría como un reforzamiento de los aportes, dando al geronte entrevistado la sensación de que no se haya abandonado en una tarea nueva. Por último también se apunta a evitar una excesiva movilización del senil. Un último punto de interés fundamental, especialmente con respecto al ítem forma, es el empleo de diminutivos o palabras tales como “abuelo”, “Don”, etc.
Este uso frecuente no solo inferioriza al geronte sino que apunta a la pérdida de su identidad.
Será aconsejable, llamar al senil por su apellido o por su título si
este lo tuviera, de esta manera se lo rescatará del pasado dándole la valoración
y autoestima necesarias, al mismo tiempo que marcaremos los distintos toles y
límites de la entrevista.
LA FAMILIA
El nuevo concepto psicosociodinámico no nos permite descontextualizar al senil de su medio. El ambiente por excelencia y núcleo en muchos casos de su conflictiva pasada o presente es la familia.
En muchos casos, el profesional deberá mantener entrevistas previas al senil de su medio. El ambiente por excelencia y núcleo en muchos casos de su conflictiva pasada o presente es la familia.
En el mejor de los casos la familia del anciano intervendrá para dar aportes, estos fluctuarán desde la historicidad propia del senil, hasta la evaluación y diagnóstico.
En el apéndice 1, se desarrollarán los tipos más frecuentes de
familias con las cuales podrá contactarse el entrevistado.
LA DERIVACIÓN
El senil, casi nunca asume tratamiento psicoterapéutico o asistencial por motu propio. Normalmente son derivados ya sea por la familia o por profesionales: Psicólogo clínico, Gerontopsiquiátra, Asistente Social, Licenciado en Ciencias de la Educación, Neurólogo, dietólogo, Kinesiólogo, Fisoterapeuta, Laborterapista, etc.
Esto debe remarcar la importancia del trabajo en equipo y del diagnóstico que de él surja.
Por lo común en el senil no existen ni los objetivos ni la motivación
de la entrevista. Ello puede provocar gran resistencia en el anciano y, bajo
ciertas circunstancias, fantasías de cura que le son transmitidas al par que
vividas por el profesional.
MECANISMOS DE DEFENSA
Algunos de los mecanismos de defensa que Zinberg y Kauffman plantean deberán ser analizados dentro de una óptica distinta, siendo nuestra tarea el corroborar si realmente se verifican en el senil argentino, teniéndo en cuenta que, si bien la similitud del proceso de deterioro en el anciano es universal, los aspectos sociales son totalmente distintos.
Zinberg y Kauffman plantean como objetivos del tratamiento, “Fortalecer el funcionamiento del Yo”. Este se encuentra evidentemente debilitado dada la crisis de la senilidad.
Cuatro serán las más típicas defensas utilizadas:
1) Regresión
2) Asilamiento
3) Encasillamiento
4) Negación
De diferentes trabajos y experiencias realizadas con seniles normales y en situación asilatoria, hemos ampliado los mecanismos defensivos más frecuentes, según figura en el anexo 2 del presente trabajo
APÉNDICE 1
LA FAMILIA
Diversos típos
Por lo general, tratándose de pacientes seniles en situación asilatoria, la familia suele adoptar dos tendencias:
a) Vivir la separación con culpa
b) Deslindar completamente la responsabilidad en la Institución
En el ítem a) familia culpógena, se actúan constantemente racionalizaciones que ocultan la realidad acerca del estorbo que significa el geronte en su seno, ya sea por una problemática física, social o económica que éste ocasiona.
El componente familiar incluído en el ítem b, será denominada AUSENTE y la problemática que ésta plantea será la de descargar las angustias culpógenas en el geronte concurriendo luego de esporádicamente, en el mejor de los casos a la institución para interiorizarse de la situación del senil.
Un tercer tipo de familia de gerontes en situación asilatoria será la que trabe el accionar de los profesionales de la Clínica, Hogar u otro tipo de Institución en que éste se encuentre, respondiendo a la consigna siguiente: “si nosotros no lo pudimos hacer Uds. Tampoco”.
Por último, se da también un cuarto grupo que hemos denominado, NORMAL, la cual verdaderamente se interioriza de la situación real, compartiendo decisiones y siguiendo las pautas trazadas por los profesionales.
En el senil normal, que se halle dentro del seno familiar, también aunque con menos intensidad en todos sus matices, se darán estos tipo familiares y, añadiremos un quinto grupo familiar denominado SOMETIDA, que centra toda su atencionalidad y quehacer específico en la imagen del senil y lo que éste represente.
El complemento en el geronte del sentimiento culpógeno general experimentado por la Familia, será la SENSACIÓN DE ABANDONO, y qué junto con la culpa actuarán en una relación de retroalimentación o feed back.
APÉNDICE 2
MECANISMOS DE DEFENSA
La observación directa nos ha llevado en este apéndice a enunciar otros mecanismos defensivos, al margen de los descriptos por Zinberg y Kauffman.
Ellos son:
a) Conducta de desviación somática:
Responde a las características generales del cuadro hipocondríaco y a la elaboración patológica del segundo duelo del geronte. El duelo por la pérdida del cuerpo y su potencialidad.
b) Conducta de desviación Mística:
El geronte deposita toda su carga tensional en un objeto fetiche, que actúa contrafóbicamente, logrando una mala e inadecuada catectización.
Esta conducta es considerada patológico de la elaboración del tercer duelo y
estaría emparentado con la negación maníaca.
c) Conducta contrafóbica:
El mecanismo defensivo en este punto, se caracteriza por un gradiente de meta positivo frente a lo angustiante. El senil expresará su más ferviente deseo de morir. Este mecanismo, desde todo punto de vista patológico es característico de seniles en situación asilatoria o en el caso de hallarse en el seno familiar, de las denominadas familias sometidas, precisamente por el “beneficio secundario” que permite al geronte la expresión de deseos.
No obstante no debe confundirse la motivación de uno y otro.
En el senil normal, puede tratarse en efecto de un manejo destinado a someter en una relación utilitaria a una expresión sincera de deseos, mientras que en el caso del Geronte recluido, en la mayoría de los casos este actuar de la conducta contrafóbica será genuino y obedecerá a terminar para siempre con el estado de degradación involutivo al que puede hallarse sometido.
Horacio Ejilevich Grimaldi
BIBLIOGRAFÍA
Nota:
Si bien la mayor parte de las conclusiones de este trabajo fueron obtenidas de un detenido estudio de campo y, a pesar de la escasa abundancia de material de lectura; he reunido una bibliografía mínima de consulta a continuación.
Senil patológico.
H.Ey, P. Bernard, Ch Brisset: Tratado de Psiquiatría Ackerman: “Diagnóstico y tratamiento”.
Stafford - Clark - Manual de Psiquiatría Clínica-Paidos.
Mayer gross - Psiquiatría Clínica- Paidos.
Brocklehurst – Tratado de Clínica Gerátrica y Gerontología. Bs. As.
Noyes – Psiquiatría Clínica – Panamericana.
Senil normal.
Sinberg N.E. e. I. Kaufman: Psicología normal de la Vejez.
S. Levin y R.J. Kahana: Los procesos psicológicos del envejecimiento.
Con referencia a los mecanismos y conductas defensivas:
I. Menzies y E. Jaques: Los sistemas sociales como defensa contra la ansiedad.
A. Freud: El Yo y los mecanismos de defensa. Cap 11 y 12.