Wotan: el mito desencadenado

Horacio Ejilevich Grimaldi

 


 

Dentro de la mitología nórdica, él más importante de los dioses era Odín, llamado entre otras denominaciones “ el Señor de la guerra”

La figura equivalente en la teogonía teutónica de esta divinidad es WODAN o WOTAN y en la Anglo-sajona: WODEN.

        Como dato curioso se menciona que la denominación anglo parlante origino el “Woden`s day” (Wednesday), es decir miércoles.

La traslación de nombres y cualidades de Dioses, hombres y héroes es un hecho sumamente común y se conoce con el nombre de sincretización, fenómeno por el cual y debido a el proceso de transculturación, diversos pueblos adoptan productos, en este caso teológico, de otras culturas asimiladas.

        Como por ejemplo de lo antes dicho baste citar el tratamiento sufrido por la figura a la cual conocemos como a la diosa Venus (cultura romana), quien reúne los atributos de la Afrodita griega y que se podrían rastrear desde la divinidad conocida por los Sidonios como Astarté; la Diosa Anaitis

(cultura meda), Alillat, divinidad de los antiguos pueblos arábigo-semitas, Kephthys(cultura egipcia), Salamo (cultura babilónica), la Diosa Atergatis (cultura Asiria) y la Actoret de los Cartagineses, a los cuales habría que añadir muchas otras hasta llegar a confluir en la primigenia imagen arquetípica del ANIMA.

     Volviendo a Wotan, este –según las zagas rúnicas-, poseía un ejercito de muertos y un séquito de Walkirias, mujeres guerreras y también figuras primordiales al igual que las Amazonas

(a:sin/mazos:pecho) denominación recibida por la costumbre de cercenarse una mama para apoyar mejor el arco de guerra.

     Los relatos Homéricos acerca de Pentesilea, las guerras contra Troya y el mito alrededor de Heracles y el ceñidor de Hipólita mencionan “in extensum” a éstas últimas.

     Las walkirias acompañantes de Odin/Wotan eran un total de trece, numero de ambiguas connotaciones y que se relaciona en nuestros días con lo nefasto, pese a que el Tarot simboliza precisamente la “Resurrección”.

      Estas mujeres guerreras eran elegidas por el Dios de entre el reino de los muertos, el cual precedía como otros de sus atributos. Cabalgando por los aires y sobre los océanos seleccionaba a aquellos “Morituri”, es decir los que van a morir en las batallas de quienes besándolos en las mejillas, al igual que el beso de Judas, el Iscariote, o el “mafioso”, de la muerte, llevaban sus almas al Walhalla, un lugar de las delicias y uno de los tres palacios donde habitaban los dioses, en donde los guerreros tenían una supuesta existencia ideal comiendo y bebiendo hidromiel (equivalente al ignoto néctar griego) y reviviendo nuevamente los combates en los cuales fueron muertos en una suerte de eternización de la guerra.

   El concepto teutón del Walhalla y los premios que allí aguardan a los que mueren honrosamente, tiene una particular coincidencia con ciertos pasajes Koránicos, como por ejemplo:

 

“... De fijo seréis llamados contra un pueblo de coraje fuerte*. Los combatiréis o se someterán ( al Islam), ahora bien, si obedecéis os dará Ala un galardón lucido y si os volvéis atrás como os volvisteis antes os castigara con castigo doloroso”. El koram, Azora XLVIII “ LA VICTORIA”.


* Se refiere o bien a los griegos bizantinos a los persas.


En la Chihad (guerra santa) se lee:


“...Y aquel que combate en la senda de Ala, ya muera ya triunfe, de cierto le daré galardón grande”. El Koram, Azora IV “Las Mujeres”.

 

Como se puede apreciar, se enfatiza el concepto de bienaventuranza en una suerte de glorificación de la guerra, el combate y la agresión.


Quisiera añadir que esta concepción no es solo perteneciente al Islamismo sino que es compartida por otras religiones, especialmente en sus inicios.Tengamos en cuenta que las Grandes religiones, son al decir de Alfred Adler, como una "canasta llena de frutas en donde quienquiera puede sacar lo que guste".

La gran mayoría de las afirmaciones del Koram, al igual que en el Cristianismo y el Judaísmo, son de armonía y elevación espiritual.

 

La inteligencia y la fortaleza que los antiguos teutones atribuían a Wotan, le habían sido dadas mediante la cabeza de Mimir, custodiado de las aguas de la fuente de la sabiduría del mundo subterráneo y que permitía beber de ellas a Odin a cambio de un ojo.

    Esta fue, de acuerdo algunas interpretaciones de los antiguos textos rúnicos y las zagas, una de las razones por las cuales durante la guerra sostenida por los Ases, es decir los dioses de Asgaard, equivalente nórdico al Olimpo griego, que en un total de doce acaudillados por Odin/Wotan se enfrentaron con los Vanes cuyo líder era Hermdall, guardián del arco iris que conectaba el mundo terrenal con el subterráneo, Mimir resulto muerto y decapitado a causa de su traición.

Sin embargo, Wotan una vez vencedor de la contienda entre los dioses, insuflo vida a la cabeza a la cual utilizo en mas como esclava y consejera.

    El Dios de la guerrra tenia otros aliados. Dos negros cuervos, símbolos ancestrales de la fuerzas de la muerte, como rememora en su poema “The Raven” Edgard A. Poe, quienes eran llamados Hunim y Munin, los que le servían difundiendo sus ordenes en el mundo y según cuenta la leyenda, le alcanzaron en su combate con el Dios Thor, la lanza llamada Gungner, sin la cual hubiera quedado inerme frente a su rival, el Dios del trueno.

    Además de estas aves, era acompañado por dos lobos que no deben confundirse con el lobo Fenris, guardián del mundo subterráneo llamado Hel, que en el moderno alemán es Holle y en el ingles Hell que literalmente significa “infierno”. La figura de Fenris, encuentra su equivalente en la mitología griega en el can Cerbero, celoso custodio del Hades, dominado tan solo por las fuerzas de Hércules , la dulzura de Orfeo y la astucia de Ulises.

    Wotan tenia dos poderosos elementos más. Uno de ellos era la gran espada regalada por el Dios Loki, encarnación del fuego el mal y la superstición la cual este había hecho fabricar por los enanos Brok y Sindro, habitantes del mundo subterráneo y el otro, el mágico anillo denominado Drauppner el cual, mas que como símbolo de la fertilidad, adjudicado por los Eddas habría que entender como un Euroboros, es decir la imagen del retorno cíclico o eterno.

    Wotan es representado de diferentes formas lo cual presenta una gran dificultad de descripción. Todas las versiones coinciden en reconocer su impresionante presencia física, pero en cuanto a su rostro existen discrepancias. La opinión más común es de adjudicarle un solo ojo en medio de la frente, producto de su alianza con Mimir y no como erróneamente se pretende como símbolo del sol. La nariz roma se disminuye aun más frente a una abundante cabellera negra al igual que su barba, “Cual la sombra de la muerte y las alas de sus cuervos”.

Con respecto a este ultimo atributo físico exigen también coincidencias pues entre los Dioses escandinavos y germanos la barba tenia además de la obvia connotación viril, características mágicas. Esta ultima acepción es característica del arquetipo denominado “Anciano sabio” y que podría simbolizarse en cuanto a características nigrománticas y de poder en el Moisés hebreo, el mago Merlín o el “Hércules Barbatus” denominación dada por los soldados germanos al Dios Thor es prueba de respeto.

    En las zagas rúnicas se menciona que los dioses menores exhortaban a Wotan diciendo “ Haz que retumbe tu barba contra ellos”. Existía un cántico llamado “ Barditus” o de la barba, del cual proviene la actual palabra “Bardo” o Juglar.

 

Como el “Señor de la guerra”  Wotan es representado con un yelmo de oro, fabricado por sus súbditos del mundo subterráneo, los Dwarfs. , quienes, gracias a la influencia cabalística hebrea se sincretizaron en los gnomos, enanos y duendes que aparecen en los Mitos y Leyendas comunes a la humanidad, sosteniendo la espada regalo de Loki y la lanza Gungner la cual al ser arrojada, comenzó la primera guerra del mundo, hecho posterior a su regreso de Germania.

 

El Dios de la guerra poseía un corcel bermejo llamado Sleipner, de ojos sanguinolentos que iluminaban la noche con su luz roja.

Su sola presencia originaba pavor y desorden.

 

  “Todo él olía a cadáver por su contacto habitual con el mundo de los muertos”
                                                    
                              (A. Espina.”Dioses y Héroes nórdicos” ED. Aguilar)

 

Los relinchos de Sleipner reunían el aullido del chacal,  el rugido del león y el silbido de la serpiente, pero con intensidad mil veces mayor. Su resoplido derribaba en tierra individuos y objetos y las pezuñas era como martillos destructores de cuanto pisaban.

 

Esta es la deidad a la cual C.G Jung describe como el arquetipo de Wotan, el destructivo, el agitador, el cíclico, simbolizado en La guerra.

    Se entiende la conceptualizacion de este arquetipos si consideramos al inconsciente colectivo de la especie humana, no solo como reservorio de los productos culturales transmitidos filo y ontogenéticamente, sino también como contenedor de patrones de acción (action’s patterns)

 

El Wotan que todos llevamos dentro es el equivalente a la irrupción brusca en el plano consciente, no solo individual sino también a nivel de las sociedades de la autodestrucción.

    Este producto arquetípico, no es solo patrimonio de ciertas culturas. Gracias a las conceptualizaciones junguianas acerca del símbolo como expresión del arquetipo es factible observar cómo Wotan, en este caso, surge en todas las tradiciones de la humanidad.

 

Citemos por ejemplo las sagradas escrituras:

 

“ Y oiréis de guerras y rumores de guerras, mirad que no os turbéis pues es necesario todo esto que acontezca”. La Biblia. Apocalipsis 6 (Mateo24-2-6)

 

Y en especial:

 

“ Y salió otro caballo bermejo, y al que montaba le fue dado el poder de quitar de la tierra la paz y que se matasen unos a otros. Y se le dio una gran espada...”. ( Apocalipsis. Vers 4)

 

Nuevamente encontramos a Wotan en el símbolo de uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, inclusive con atributos similares.

         La memoria colectiva de los pueblos, aunque aparentemente inconexa, nos demuestra por el proceso de sincretizacion que el resurgimiento de este arquetipo expresado simbólicamente es un hecho en la historia de la humanidad.

    El Wotan teutón y el jinete bíblico son el símbolo de las fuerzas destructivas y autodestructivas del ser humano.

 

En Marzo de 1936, tres años antes del estallido de la segunda guerra mundial, Jung alertó sobre esta eclosión de la barbarie irracional en su articulo aparecido en la Neue Schweizer Rundschau, titulado precisamente ”Wotan”.

 

Allí aludía, de ésta forma, a su temor de que en un país civilizado, en referencia a la Alemania de preguerra:

 

“ Al que se creí mucho mas allá de la Edad Media, Wotan pudiera despertar de nuevo, como un volcán apagado de renovada actividad”.

                     CG Jung. Op.cit.Hay versión castellana. Consideraciones sobre la historia actual ED. Guadarrama

 

En éste articulo, lamentablemente mal interpretado por unos pocos debido a falta de conocimientos, o lo que es peor, una tendenciosa orientación en la que se pretendió bastardizar los conceptos de la Psicología analítica, Jung equipara A Wotan con todo lo que su carga de muerte, aniquilamiento y desolación significa:

 

“Me atrevo a soltar la afirmación herética de que el viejo Wotan, con su carácter abisal nunca exhausto, explica mejor el nazismo que los factores nacionales”. (C.G Jung.Op.Cit.)

 

El Wotan que llevamos dentro, pues como dice Jung los “Dioses y los demonios están dentro de uno”, puede permanecer en épocas de paz en un nivel larvado, pero ello no significa que halla muerto.

 

“ Los arquetipos son como cauces de ríos a los que el agua ha abandonado, pero a los que se puede encontrar después de cierto tiempo... Como experiencia trágica, Wotan es el dios de los Alemanes y no el dios universal...”. (C.G Jung.Op.Cit.)

 

Por ultimo, Jung nos alerta sobre el peligro del resurgimiento de Wotan diciendo: “ De ser correcta esta conclusión, el nazismo no seria ni con mucho la ultima palabra. Habría que esperar en los próximos años o decenios, sucesos misteriosos de los que por los demás, apenas podemos hacernos ahora una idea...”.

Y, con cuarenta años de anticipación el sabio suizo nuevamente tuvo razón ¿Qué esta sucediendo actualmente en el mundo?

 

En el Líbano la guerra civil continua destrozando a uno de los países más prósperos del medio oriente y ejemplo de cultura para el mundo. La tierra del poeta J.Hibran, cuenta con mas de 100.000 seres humanos muertos desde 1975 y la reconciliación parece estar aun distante.
 

En Sudáfrica, con un gobierno de reconocida política racista, se producen disturbios y muertes casi cotidianamente, mientras los países industrializados, como por ejemplo el reino unido y su primera ministra, quien se opuso a sancionar el gobierno de Botha durante la conferencia de la comunidad de naciones , con la excusa sofista de que dichas sanciones dejaría deliberadamente a miles de trabajadores negros sin empleos... dan vuelta la cara y rememoran Poncio Pilatos.

 

Kampuchea (ex – Camboya) sufre los ataques de las fuerzas vietnamitas y la guerra prosigue desde las épocas del khmer rojo.

 

En Irlanda del norte gracias a la conocida intransigencia británica, la lucha con el ejercito republicano irlandés ( IRA) continuara Irán e Irak entran en el séptimo año de una guerra que ya lleva mas de 500.000 muertos.

 

El conflicto de Afganistán tiene un total de vida humana inmoladas que fluctúa entre los 200.000 a 300.000 seres.

 

Existen guerras en Angola, el Salvador, Etiopía-Somalia, Guatemala, Mozambique, Nicaragua, Perú, Sri Lanka, Sahara occidental y Uganda por no mencionar potenciales conflictos como en el medio oriente o el Atlántico Sur.

 

Lamentablemente nuestro país, también engrosó las listas de vidas humanas perdidas en el altar sacrificial de Wotan.

 

En lo que ya va del siglo XX, el jinete de caballo bermejo llevo 76.000.000 de seres a la muerte.

 

Jung tenia razón: el dios de la guerra cabalga nuevamente en el psique humana.

    Depende de nosotros encauzar su fuerza destructiva en productividad, esta es la metáfora del genio dentro de la botella.

 

La cosmogonía nórdica peca de fatalista en su concepción acerca del fin del mundo, Ragnarok u ocaso de los dioses.

    Los pueblos germanos poseyeron una rica imaginación comparable pero de ningún modo superior a la cultura mediterránea. La teología escandinava-germana difiere básicamente en un punto de la grecolatina: los dioses Nórdicos no son inmortales mientras que los helénico romanos si lo son, esto hace a una concepción de valoración religiosa del mundo del mas allá.

Para los antiguos nórdicos no existía nada después del ocaso, para nosotros sí.

Esta concepción fatalista fue tratada por los demás en los últimos tiempos del paganismo en el grandioso poema Voluspá.

    Esta gran diferencia acerca de la trascendencia de la vida, debida a la difusión universal del concepto judeo-cristiano de alma como entidad sagrada e inviolable, el monoteísmo y las cualidades morales, éticas de cooperación social que detentan todas las grandes religiones, nos brinda una eficaz arma para encausar nuevamente en Wotan.

    Jung señala el camino, es nuestra tarea humanizar y espiritualizar a nuestros semejantes.

La patología mental, sea esta individual o social no se agota tan solo en el plano primario de las necesidades no satisfechas como tampoco surge únicamente a consecuencia de éstas.

    Estamos asistiendo a los albores de una nueva era y de nosotros depende superar nuestro “paganismo mental”, constituido por “ paraísos artificiales” que van desde la drogadicción, a la conducta psicopática.

A ellos debemos anteponer la fe en la trascendencia de los valores espirituales humanos.

    Las dificultades que nos agobian no son solo personales, políticas o económicas. Todas ellas son manifestaciones de otra, invisible, pero mucho peor la perdida de confianza en nuestros semejantes y en nosotros mismos, en síntesis: la crisis moral.

 

Frente a Wotan cíclico debemos sustentar firmemente la búsqueda y recuperación de nuestros valores espirituales: la trascendencia de nuestros hechos como legado a el futuro y, de modo especial, la fe en una instancia suprema como creadora de todas las cosas grandes y pequeñas.

 

 


Notas del autor:
 

Este trabajo fue escrito en 1980 y publicado en 1987. Hoy, por hoy, la situación de Sudáfrica es distinta y el Líbano, de una forma parcial y afectando a gran parte de su pueblo, en especial los católicos maronitas, se encuentra en una situación diferente. De cualquier manera, las guerras inmotivadas, ridículas como todas las guerras, se han ido sucediendo e intercambiando, desde Chechenia, Iraq, Afganistan, etc. Sin enbargo, considero, que, pese a diferencias históricas, el trabajo que realicé, tiene más actualidad que nunca puesto que se ve, lamentablemente corroborado en sus resultados.


 

Horacio Ejilevich Grimaldi
18 de Julio 2004